viernes, diciembre 03, 2004

¡Qué padre!

Hay tantos y tantos proyectos pro-familia en nuestro país que a veces logran ponernos a pensar: “la familia es lo más importante”, “porque la familia es primero...”, “el PRIncipio, familiar” y un larguísimo etcétera, nos bombardean día a día; mientras caminamos, durante la comida en la fondita de la esquina, cuando escuchamos la radio, vemos la tele, y ¿por qué no?, en nuestros más íntimos momentos con nuestra pareja; pues seamos realistas, por muchos métodos anticonceptivos que usemos, la idea detrás de ponerle ‘crán al alacrán’, es hacer familia.

Hoy en la mañana, me levanté para bañarme, afortunadamente para mí, mi recámara tiene su propio ‘pipi’s room’ con regadera, taza y un hermoso lavabo color naranja. Tras vestirme con mi reluciente tacuche color negro ‘Reservoir Dogs’, me dispongo a bajar al sacrosanto recinto de la alimentación conocido como la cocina.

Mientras bajo las escaleras recuerdo esos comerciales que pasaban por ahí de los mediados de los 80’s principios de los 90’s de “La Familia Kellogg’s”. Para todos los mozalbetes que no les tocó ver esos hermosos promos, déjenme explicarles: Resulta que TODOS los comerciales se trataban de una hermosa familia perfecta; madre, padre, hija mayor e hijo menor, y cómo arreglaban sus problemas con Kellogg’s. La neta me gustaban esos comerciales, cuando los veía pensaba que, con un poco de suerte, algún día mi familia sería así... ¡ja! que equivocado estaba.

-El Autor

Metatron’s Lounge Pesenta:

-Detrás del mostrador-
Family valius.


Me siento en la silla de siempre, la más madreada que hay en toda la casa, la razón por la que escogí esta silla de entre todas las demás es para asegurarme de que no me anden chingando los demás integrantes de la perrera depilada en la que vivo.

A diferencia de La Familia Kellogg’s, la mía es integrada por pá’, má’, carnala intermedia, carnalito y primogénito, o sea yo, tal vez por eso somos disfuncionales, porque no seguimos los estándares Kellogg’s, sí, me cae que es por eso.

-Mijito, ¿quieres cereal o un licuado?-


Obviamente cuando má’ dice “mijito”, NO se refiere a mi, se refiere al pinche-chimino-caguengue-fanático-de-joder-al-que-se-deje-causante-de-copiosas-ropturas-con-novias, al que le pusieron Felipe. Pinche chamaco, me cae que no entiendo qué pedo con mis padres, tienen más de cincuenta-y-medio años, ¿cómo pueden atender a un pinche mocoso de 15 años en esa época en la que están superando el “por qué” y están entrando a sus primeras erecciones”?
Como siempre, Felipito, con un gesto de mustia alegría le pide a má’ cereal y licuado, y como siempre, todos sabemos que no se va a acabar ninguna de las dos, total, no hay pedo, al fin y al cabo no estamos en Somalia y no hay necesidad de ahorrar comida. Yo me levanto por un vaso para mi jugo de naranja.


-Oye má, ¿dónde están mis pantalones rojos?, me urge encontrarlos, Pili me invitó a la fiesta del año.-


Mi querida hermanita de 19 años... aún recuerdo esas épocas en las que nos llevábamos bien... creo que fue cuando mi tía gringa vino y nos obligaron a aparentar a que nos queríamos, no sé; fue esa época o bien todos esos momentos en los que estamos lejos.

Genoveva, o “Gen” (se pronuncia Yeen según ella), está exactamente en el momento en el que comienza a agradecer todas esas clases de Ballet, natación y karate a las que pá’ y má’ la inscribieron en sus años mozos. Ahora ya no desconfía de las decisiones de mis los jefes de la familia y no dijo nada cuando a má’ se le ocurrió la brillante idea de meterla a clases de modelaje.

Según el Metatron y los cuatachos, Gen está muy buenota. Sinceramente no podría darles una opinión objetiva, por un lado es mi hermana y entre todas mis depravaciones sexuales no está el incesto, y por el otro, es TAN, pero TAN pendeja que si tuviera algún interés físico por ella la mandaría a la verga en ipso facto tras intercambiar veintiséis sílabas con ella.

Desde que toma clases de modelaje, el teléfono no deja de sonar. “está Gen”, “hola amigo, se encuentra Gen”, “¿Gen?”, estaba tan hasta la madre de escuchar eso todos los sábados a las 2:00 am que contraté una línea extra. Algo que me cuesta trabajo entender es cómo una pinche escuincla co-dependiente como ella no tenga novio, supongo que prefiere que se la estén cogiendo todos los días diferentes pendejos.


-Vieja ¿dónde están mis huevos?-


Claro, si alguien sabe dónde están tus huevos es mi má’ querido pá’. El integrante más “importante”, rey del hogar y culpable de interminables terapias psicológicas ha llegado, el Licenciado Vozack.

Con un gesto más cambiante que un camaleón, mi padre tiene la capacidad de hacerle creer a todos en su trabajo que es la persona más agradable del mundo... es porque no lo tienen en casa.


-Mami, Milan no me deja usar su computadora y siempre deja su puerta cerrada.-


Creo que siempre tenemos la misma discusión, el pinche chamaco, no sé cómo, puede desconfigurar mi PC y borrar mis archivos a una velocidad que la luz se queda pendeja, por otra parte, su Computadora es más poderosa que la mía, no entiendo para qué quiere la mía.


-Milan, ¿por qué eres tan díscolo?-


Mta... mi madre, como buena dama de zoociedad, tiene un conocimiento tecnológico limitado a la cocina, y lo pongo en duda, porque Camila, nuestra infinitamente paciente, chica del servicio, es la que cocina y lava.

Como sea, entrar a una discusión con má’ sobre el porqué no permito que chimino entre a mi recámara es gastar O2 y saliva. Así que es mejor darle por su lado y prometerle que cuando regrese del trabajo le permitiré a Felipito destruir mis cosas.


-A ver cabrón, ¿cómo te va en tu madre esa de paletas de dulce?, ¿ya te vas a venir a trabajar conmigo?-


Y siguen las discusiones clásicas, mi pá’ sigue aferrado con que me vaya a trabajar con él a su circo de la maldad conocida como “Infotech”, una compañía que además de tener un nombre tan original como una moneda de cincuenta y siete pesos, se dedica a la publicidad.

Mi pá’, por algún motivo, sabe perfectamente que mi negocio es de gomitas, aún así siempre procura “confundirlo”, admito que al principio me molestaba, pero ahora me vale mucha madre. Al igual que ayer, el día anterior, y siempre que me pregunta, le respondo de la misma manera: “mañana llegó a la oficina pá’”.


-Oye Milan, Pili me dijo que le gustas y le dije que irías a la fiesta, más te vale que me acompañes.-


¿Más me vale?, ahora resulta... a ver pinche Gen, si no quieres que le diga a mis padres que te encontré perdida en un viaje de peyote y cocaína en la fiesta de Notmusa te aconsejo que cuides tus palabras. En todo caso, tú me cagas la madre y tus amiguitas modeletes también, ¿cuándo entenderás?, y Pili, OMAYGAD, pinche mocosa castrosa, el único día que conviví con ella fue porque dejé mi puerta entreabierta por error y el olor a cigarro la llamó porque le urgía fumar. Pinche plática que compartimos... no mames, prefiero caerme de un noveno piso a un montón de sal con vidrios a volver a platicar con ella.


-Milan y Pili se gustan, Milan y Pili se guuus-taaan.-


Pinche chamaco, no mames, cada que me hablas puedo ver cómo te conviertes en un saco de arena que pide a gritos ser madreado...


-Sí, acompaña a tu hermanita Milan, ten Felipito, tu cereal y tu licuado especial.-


No gracia má’, si quiero ver a un montón de idiotas decir incoherencias mientras destruyen con comentarios pendejos al mundo entero me voy al cuartel de OC&C, por lo menos ellos saben hacerlo con algo más que monosílabos.


-Ruuum, ruuuum, Transformárse.-


Pinche chimino, ya deja de hacer mamadas, ¿por qué pá’ no le agarra un cabronazo como a mí por andar jugando en la mesa?, pinche misterio... pinche.


-A ver cabrón.-


Ut la mütter, ¡pá’ ha reaccionado!, tal vez al fin ponga en su lugar a ese saco de hiperactividad impulsado con azúcar al que llamo hermano...


-Quiero que acompañes a tu hermana a esa fiesta, ella está muy jovencita y necesita un chambelán, además, Pili te conviene, su papá tiene una editorial y podríamos hacer buenos convenios.-


¿JUAT? No mames, ¿quieres vaya a una pinchu-fiesta de escudo-protecto-himenal? Pá’, no es por decepcionarte, pero sería mejor que fuera a proteger a la gente de Gen, convivir con esta pinche ninfómana es algo que ni Calígula aguantaría. Y luego... ¿quieres que me ligue a Pili nomás porque su jefe tiene una empresa de Editorial? No mames pá’, quiere a tus hijos, aunque sea un poquito.


-Sí Milan, o sea, no seas goey, Pili te conviene.-


Sí claro... Pili me conviene... tanto como me convendría hacerme un enema con un tubo de PBC, además, ¿quién eres tú para darme concejos sentimentales y de relaciones interpersonales?, creo que lo más que haz durado con un novio han sido 78 horas y eso porque el rave estuvo largo...


-¡Ash papi!, dile que me acompañe, si no va, Pili no me volverá a tragar por el resto de mi vida, o sea, sería el oso del año.-


Este... por si no lo había notada mi querida y neuronalmente lisiada hermana, mi pá’ ya me lo ordenó e igual me paso por el arco del triunfo sus pinches mandatos, no quiero ir a tu puta fiesta, con tus putas amigas, ¿entiendes puta?


-Ruuum, ruuuum, Transformárse.-


¿Dejavú? No, lo que pasa es que el chimino ya no pela su comida, y se preocupa más por esquivar los platos y los vasos con sus pinches Transformes que en tragarse su cereal. Por cierto, si usted está esperando el momento en el que este engendro demoníaco tire su licuado, ahora es ese momento. También déjeme decirle que parte de su pinche licuado de mamey cayó en mi traje.


-¡Pinche chamaco!-


Al fin, mi padre ha reaccionado... tantas horas de espera al fin rinden fruto, es tan bonito ver cómo una cuchara se impacta en la frente de Felipe... ¡Wow!, Sangre, ¿pus’ con cuánta fuerza se la arrojó?


-¡No le pegues Pabel Vosack!-


Uhhh nombre con apellido... esto se está poniendo bueno... es raro que má’ se le ponga al brinco a pá’, de hecho, ahora que lo recuerdo, nunca lo hizo cuando el pinche chango rasurado me ponía mis chingadazos, pero ¡bah!, disfrutemos del espectáculo.


-Haz algo Milan, o sea, ¿qué esperas?-


Pues estoy haciendo algo Gen, estoy ob-ser-van-do, y ¿qué espero?, pues estoy a la expectativa de que pá’ se safe de la llave que le está aplicando má’ para que pueda seguir sacando sus frustraciones con el pinche chimino.


-Meee dueeee-le muuu-cho... maaa-máaa.-


Eso pinche chamaco, revuélcate, haz mi día. Al fin, todos esos archivos importantes, todas esos controles de PlayStation, todos mis comics de colección, todos mis libros que han sido destruidos por tus manos comienzan a ser vengados.


-¡Siño!, ¿quí pasa?-


Ahhh Camila, el ancla a la cordura de esta casa al fin baja, me cae que esta señora se irá al cielo nomás por soportarnos, en este momento está tratando de separar a mis padres mientras chimino sigue llorando y Gen, trata de consolarlo diciéndole que llorar ya no está de moda.
En fin, yo mejor me voy a buscar un saco de repuesto o no llego al trabajo, pero antes de irme, tengo que agregar una caja de Kellog’s a la lista de compras de Camila, chance y mañana podamos convivir como una linda familia... sí claro... esa no me la creí ni yo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

punky: Estás mal, viven en el universo paralelo de la pendejez... ><

Anónimo dijo...

que orto y del pedo pero se ve bien

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