lunes, octubre 03, 2005

Derechos de Autor III

Queridos tres lectores, gracias por su paciencia. Al fin me he inspirado un poco y aquí está la tercera parte de Derechos de Autor. Realmente no tengo mucho qué decir, sólo que ando buscando quien quiera hacerla introducción de la cuarta parte (cuando esté lista), así que si usted, sí, usted está interesado, deje un comentario con una liga a su blog, yo ya le avisaré con tiempo para que me haga el favor.

Los dejo con las palabras de Ruvalcaba que tiene algo muy importante que decir, y con Huevo, el hombre humilde, el más humilde, el más humilde de los humildes, porque no hay nadie más humilde, sólo él es muy humilde. Queridos tres lectores, los dejo con Derechos de Autor III.


-El Autor.



Ruvalcaba anuncia:

¿Importante?, no mames... esto no es nada importante, sólo estoy aquí para recordarte que Derecho de Autor es una historia grandota, y está partida en varias partes, ahorita van tres (¡duh!), si quieres leer las otras dos partes, pícale en sus respectivos nombres.


Derechos de Autor I


Derechos de Autor II


Introducción

Pues bien, aquí estamos.


Frente a ustedes (en realidad no frente, sino un poquito más abajo) tienen la tercera entrega de los Derechos de Autor, que debo decir, a mi gusto, es la mejor de la serie hasta ahora.

No me malinterpreten; la entrega pasada fue buena, pero ya basta de mujeres sollozantes que se hacen preguntas que marearían a un vendedor de seguros. Aquí encontramos de nuevo a un Metatron socarrón y a un Deavid que si bien puede hacer que nos identifiquemos con el (tres cajas de pizza, puntos extra), en el fondo sabemos -Metatron lo sabe- que es diferente.

No diré más de la trama, puesto que van a leerla, solo diré que fluye, fluye como deben de fluir las cosas que fluyen. Es rápida, ágil, engancha al lector y sobre todo, tiene esa cualidad que ustedes, simios, deberían intentar algún día alcanzar; me refiero a esa intangible e indefinible cualidad que es ironía sutil y discreta. (Notar el:"¡Por Dios, soy ateo!")

Porque encontrarse ante la situación del protagonista, haría que muchos se sintieran tan perdidos como un menonita intolerante a la lactosa, y aquí nuestro personaje, Deavid, se desenvuelve como solitaria en intestino. El giro que toma la situación, la gran revelación que se nos hace, y la forma en que la maneja nuestro antihéroe, demuestra lo que mencionaba anteriormente; que en el fondo, es diferente. Y seguramente esa diferencia es tan importante como los botones de los abrigos.

Por ejemplo, la caja... La caja seguramente es una metáfora, ¿una metáfora de qué? me preguntarán, ¿Y yo cómo voy a saber? responderé. Sólo estoy haciendo conjeturas al aire, que espero no sean muy pesadas y me caigan encima. Para averiguarlo tendremos que esperar las próximas entregas como se esperan las pulmonías.

Y la ultima escena -maldito seas Autor- nos deja emocionados e intrigados, tanto que nos hace preguntarnos consternados "¿Por qué se funden los focos cuando más los necesitamos?", así de consternados e intrigados nos deja la ultima escena.

Así que sin mas preámbulos, aquí esta la tercera parte de los Derechos de Autor. Disfrútenla con leche.

-Huevo.





Metatron’s Lounge Presenta:

Derechos de Autor

III

Verdad.


Deavid observa detenidamente a Metatron desde un sofá en la sala. Le lanza una mirada profunda y analítica, tal vez, dentro de su pequeña mente, en algún lugar olvidado por la gracia de los dioses, El Autor espera comprender la situación en la que se encuentra al mirar a la persona que está frente a él.

- Seguramente es jueves – se dice a sí mismo Deavid -. Odio los lunes, pero nunca me he llevado con los jueves, ¿hoy es jueves? – le pregunta a Metatron, quien busca algo en el refrigerador.
- No, no es jueves – contesta – creo que es viernes, ¿dónde guardas los limones?
- ¿Perdón?
- Los limones – reitera -, tú sabes, pequeñas bolas verdes que saben aciditas.

Pocas personas los saben, pero Deavid Author tiene un gran problema para mantenerse enfocado en algo. Mientras observa a Metatron, sin querer, mira el refrigerador, y recuerda que aún hay pizza del día anterior, también recuerda que las cajas de las pizzas de las últimas tres semanas siguen apiladas en la mesa del comedor. Si bien el lugar es un chiquero, no hay cucarachas ni moscas, eso es algo que Deavid había notado hace mucho tiempo, y que decidió dejarlo como misterio.

Nuevamente mira a Metatron, éste sigue esperando a que Deavid le indique dónde guarda los limones.

- ¿Hola? – pregunta Metatron.
- Hola – responde Deavid.
- Limones... – contesta Metatron.
- ¿Cómo me dijiste que te llamas? – Pregunta Deavid perdido en un mar de idioteces.
- ¿Tienes o no tienes limones? – contesta Metatron notoriamente enfandado.
- No.
- ¡Grandioso! – Metatron azota puerta del refrigerador, da unos cuantos pasos para llegar a la sala del pequeño departamento y se deja caer en uno de los sillones – Dime, ¿qué esperas?
- ¿Qué espero para qué? – contesta Deavid.
- En primera, para quitar la cara de idiota y en segunda, para abrir el paquete.
- ¡El paquete!, cierto...

Deavid toma la caja que Metatron le dio hace unos minutos.

- ¿Qué es? – pregunta intrigado Deavid mientras agita la caja – No parece tener nada adentro.
- Es una sorpresa hijo.

Con cuidado, quita la cinta adhesiva del paquete, a su vez, desdobla cautelosamente el forro, al hacerlo, nota que está un poco viejo, pero una de sus manías es la de guardar los forros para no tener que gastar en papel en caso de que tenga que hacer algún regalo. Cabe mencionar que la limitada vida social de Deavid rara vez le exige regalarle algo a alguien. Razón por la cual en uno de los cajones de su estudio hay cerca de tres kilos de papel para envolver.

Tras unos minutos, al fin le quita la envoltura al paquete. En sus manos sostiene una caja vieja de cartón. Se ve que no recibió el mejor trato en la oficina de correos o en donde quiera que haya estado antes de llegar a sus manos. Hay un poco de moho en la esquinas y uno de sus costados ya está cuarteado por la humedad.

- ¿Una caja? – pregunta desubicado - ¿todo esto por una caja?
- ¿A qué te refieres con “todo esto”? – contesta Metatron.
- Pues los gritos, hacer llorar a Filemón, todo el drama pues... todo... ¿por una caja mugrosa?
- A final de cuentas, humano - Metatron se levanta del sillón, se acerca a Deavid y le quita la caja -. Esto, mi querido Deavid Author, no es una simple caja.
- Ciertamente, de hecho diría que esa una caja mugrosa.
- No seas tan superficial – contesta mientras gira la caja de un lado a otro –. Esto es algo que muchas personas desean.
- Supongo que hablas de aquellas personas que necesitan un contenedor feo, arruga y mugriento.
- Deavid... que mente tan pequeña – Metatron le lanza la caja a su regazo -. No tienes una idea, y considerando que tú eres mi nuevo jefe, te daré una introducción más grande lo que acostumbro dar cuando entrego este paquete.
- ¡Espera! – desesperado, Deavid pone la caja a un lado, se levanta, y sin darle la espalda a Metatron, da varios pasos hacia atrás hasta que la mesa del comedor lo detiene - ¡Ya entendí!, esto es algo gay ¿verdad?, porque yo no soy...
- ¡Cállate! – replica Metatron – Siempre es lo mismo, siempre creen que uno es un degenerado que quiere meter un trozo de cuerpo en un cuerpo ajeno, pero no, no es tan banal.

Deavid, temeroso por la salud de “su agujero de salida” no le quita la vista de encima a Metatron, quien despreocupadamente se comienza a aflojarse el cinturón.

- ¡Ja-já! – grita Deavid - ¿No que esto no era nada gay? ¡Auxilio, un violador se metió a mi casa!
- ¿Podrías callarte? – Metatron se afloja el cinturón y se desabrocha el pantalón – Siempre es la misma pendejada – se dice a sí mismo -. ¡Mira! – le grita a Deavid al mismo tiempo que deja caer sus pantalones.

La estupidez nos hace pensar y decir cosas que no estamos analizando, tal es el caso de lo que está sufriendo en este instante Deavid, quien piensa que Metatron es un apodo grotesco que el hombre frente a él se ganó en la cárcel por “meterse en otros hombres”, no obstante, Metatron no podría hacerlo, por tres razones.

En primera, odia a los hombres, de hecho piensa que las mujeres son un regalo muy grande para un montón de simios rapados que actúan como tales, y que escudados en el autonombramiento de “sexo fuerte”, se excusan para eructar y rascarse los genitales mientras miran a otro grupo de simios rapados golpearse o hacer chistes sobre los simios rapados que se rascan los genitales.

En segunda, hace mucho que es un casto, no tanto por convicción, más bien por obligación, dado que su antiguo trabajo no le permitía tener ningún tipo de relación carnal con otro ser viviente, o en su defecto, son alguna de sus extremidades.

Por último, y probablemente, la más importante, Metatron, al igual que cualquier otro ángel, no tiene pene que introducir o ano por el que len introduzcan algo. En algún momento contempló la opción del sexo oral, pero sus miles de años le han dado un paladar muy exquisito como para soportar el sabor de un genital sudoroso.

- ¿Lo ves? – pregunta despreocupado Metatron.
- ¡Verga!
- Sí, lo sé – resignado -. Si un día las muñecas Barbie cobraran vida, yo sería el líder de terapia para los muñecos Ken.
- ¿Cómo?... ¿Po-po-por qué?
- Larga historia... – se sube los pantalones y comienza a abrochárselos – Ya viste que no hay nada qué temer, así que siéntate.

Obediente, pero todavía más confundido, Deavid se sienta donde estaba.

- Ahora, si no es mucho pedirle nuevo jefe, tome la caja y saque una botella de tequila.
- ¿Tequila? – aún más confundido pregunta Deavid – Aquí no hay tequila.
- Y limones...
- Pero... - observa la caja – No pesa.
- ¡Sólo sácalos!, ¿quieres?
- ¿Cómo?
- Como siempre lo haces al sacar algo de una caja, primero ábrela, mete la mano y saca el contenido.

Deavid titubea, no es posible que una caja que no pesa en lo absoluto tenga tequila... mucho menos que tenga limones. Ahora, que si recordamos que tampoco es posible que alguien recorra distancias olímpicas más rápido que Flash, todo podría pasar el día de hoy. Deavid respira profundo, toma la caja y la pone sobre sus piernas. Nuevamente, se percata de que apenas pesa lo que una caja vacía pesaría, pero procura no pensar en eso. La mira por unos segundos y con cuidado abre la tapa, al hacerlo encuentra una botella de tequila y varios limones.

- ¿Impresionado? – pregunta despreocupado Metatron, quien acaba de fajarse y está listo para tomar asiento.

Los seres humanos tienen un gran problema, de hecho tienen muchos, pero uno sobresale, no son humildes. Es muy curioso como es que las personas pueden pensar y decir estupideces sólo por esta falta de humildad.

Pongamos un ejemplo. Cuando un grupo de amigos entrar al cine a ver una película de intriga internacional, nunca falta el idiota que dice algo como esto: “Si yo hubiera sido el héroe, me hubiera tirado a la vieja del malo, total, es bien obvio que era la mala”.

La falta de humildad de este amigo desesperado por atención y necesitado de sexo con una mujer atractiva, le hace decir una grandísima estupidez. Si bien la villana era atractiva, el héroe tenía otras cosas en la cabeza, como salvar al mundo civilizado de una amenaza comunista.

Asimismo, la falta de humildad de muchas personas podría orillarlas a no entender la razón por la que Deavid Author se petrificó al ver una botella de tequila y un montón de limones en una caja que él aseguraba, no tenía absolutamente nada.

- Lo tomaré como un “sí” – comenta Metatron al mismo tiempo que se levanta otra vez del sillón para tomar el tequila y los limones -, nuevamente, esto es tan común, me preguntó por qué hacen tanto drama con eso del libre albedrío, todos ustedes reaccionan de la misma manera.
- Yo... err... ¿limones?

Metatron se sienta en el sillón que está frente a Deavid, esta vez, tiene varios limones en una mano, y la botella de tequila en la otra.

- No pienso levantarme... – toma la botella y le quita el tapón de una mordida - ¿Serías tan amable de traer un cuchillo y sal de la cocina?... ten cuidado con el cuchillo.

Esta vez, Deavid no obedece a Metatron, cierra la caja y la abre, al hacerlo, un salero y un cuchillo están dentro.

- ¡Increíble! – Metatron pone la botella de licor en el suelo - Esto no lo esperaba, nunca había conocido a un simio que supiera usar algo simple.
- Tienes que explicar mucho.
- Te lo ganaste jefe.
- Que bueno que lo mencionas, antes de que continúes...
- ¿Sí? – responde emocionado Metatron.
- Yo soy tu jefe y tú eres mí empleado ¿cierto?
- Sí, es verdad.
- Entonces... – Deavid cierra la caja – Levántate a la cocina, trae un cochillo, un salero y dos vasos vacíos, el que no tengas cheto no quiere decir que no tengas babas.
- ¡Muy bien! – Metatron se levanta y le sonríe a Deavid -. Comienzas a caerme bien simio rasurado.

Es difícil salir de la rutina. Mucha gente, cuya vida es repetitiva y ordinaria, lo intentan de diferentes maneras y por lo general terminan haciendo una estupidez. Hay muchos casos que pueden ejemplificar la derrota del ser humano antes la vida, pero uno de los más famosos es buscar pareja, en particular los hombres, quienes piensan que al compartir con una mujer u otro hombre su vida, ésta cambiará e irá por un mejor camino. Gran error.

Cuando la vida de un individuo es repetitiva, incluir una persona más a ésta, sólo la complica. Algunos seres, ligeramente más inteligentes que el promedio, deciden terminar la relación antes de que se haga algo incontrolable. Otros, que desafortunadamente son la mayoría, caen en depresión, y otros tantos, que son los más idiotas de todos, deciden casarse.

Para salir de una monotonía de vida, lo primero que hay que hacer, es intentar estar bien con uno mismo, y para lograrlo, sólo hay que arreglar todas las ideas que hay en la mente de cada ser humano, ubicar los problemas, las inquietudes y darles prioridad a cada una. Deavid se acaba de percatar de este hecho, y en lo que Metatron está en la cocina, intenta organizar la mayor cantidad posible de ideas.

Esto no quiere decir que Deavid quiera entablar una relación con Metatron, o con cualquier otra personas, sólo quiere decir que quiere entender la situación a la que se está enfrentando. Cuando una persona comienza a arreglar el gran embrollo de ideas que hay en su cabeza, todo toma sentido de una manera por demás rápida, en el caso de Deavid: Se acaba de dar cuenta de que hay algo inusual en este día y no es porque sea jueves o viernes.

- ¿Qué onda con al caja? – pregunta Deavid mientras la analiza – No le veo ninguna maravilla.
- ¡Es porque no la puedes ver! – grita Metatron desde la cocina – ¿Dónde están los vasos?
- En el cajón que está abajo del fregadero – unas letras en un costado de la caja llaman la atención de Deavid -. ¡Oye!, ¿por qué dice “PANDORA” aquí?

Metatron encuentra los vasos y regresa a la sala, toma la botella de tequila, sirve licor en ambos vasos, le da uno a Deavid.

- Eso es una broma de uno de los antiguos dueños.

Deavid toma el vaso y le da un trago.

- ¿Antiguos dueños?, ¿o sea que esta caja ya se la habían mandado a otra persona?
- Así es – Metatron levanta su vaso en señal de brindis y le da un trago – tú eres el dueño número cuatro mil doscientos cuarenta y dos de la caja... buen número.
- ¿Qué pasó con los otros dueños? – pregunta con cierto temor en sus palabras.
- Se aburrieron – contesta despreocupado -, se cansaron y decidieron dejar la caja.
- No entiendo.

Metatron se acomoda en el sillón, se termina el licor de su vaso de golpe, toma la botella y se sirve más.

- Hay cosas más interesantes por preguntar.
- Déjame adivinar, ¿quién me mandó la caja?
- ¡Exacto!

Deavid busca entre un montón de basura que hay en el suelo, la envoltura del paquete, pero no la encuentra.

- ¿Estás buscando la envoltura? – pregunta Metatron, al mismo tiempo que la saca de su bolsillo y se la entrega a Deavid – Definitivamente eres diferente a los demás... tómala.

Deavid revisa la envoltura en busca de alguna etiqueta, pero no encuentra nada. Algo dentro de él le dice que está desmembrando este misterio, así que toma el forro, lo guarda en la bolsa trasera de su pantalón. Toma la caja y la abre, dentro hay un sobre.

- Impresionante – comenta metatron mientras sigue bebiendo -. Por lo general se tardan un mes en pensar eso.

El sobre en la caja es color azul cielo, y no tienen ningún tipo de remitente, sólo un sello de cera con la letra “D” grabada. Con cuidado, Deavid quita el sello y abre el sobre, dentro hay una pequeña tarjeta que dice: “No hagas estupideces” firma “D”.

- ¿D?, ¿quién es D? – pregunta Deavid.
- Veamos... – Metatron toma la botella de licor, se levanta para llegar a Deavid y le llena el vaso hasta el tope – Bebe, lo vas a necesitar.
- No estoy tan seguro.
- ¡Por Dios!, no tengo miembro, ya lo viste, ¡no tienes nada qué temer!
- No es eso, es sólo que cuando estoy ebrio no comprendo las cosas – Deavid abre la caja y saca una lata de coca cola -. Pero te acompaño con una cocota.
- Como gustes – toma aire, mira a Deavid y le da un último trago a su tequila -. Yo soy un ángel y hasta hace unos minutos, era el encargado de ser la voz de Dios.
- Okey... – contesta confundido.
- ¡En serio!, ¿quieres ver mis alas?
- No, no, te creo, por favor, sigue.
- Como iba diciendo, soy un ángel y Dios me mandó para darte esa caja, supongo que con eso se resuelve ¿Quién es “D” y quién te mandó el paquete?

Cuando alguien recibe mucha información, es fácil sentirse confundido, no obstante, cuando la información que uno recibe es poca, pero pone en duda toda lógica, uno se siente perdido.

- ¿Dios? – el seño de Deavid se frunce y abriendo sus ojos hasta donde puede mira a Metatron.
- Sí, Dios.
- ¿Dios, Dios? – señala al cielo - ¿Gloria-gloria-aleluya-Dios?
- Nunca he entendido por qué señalan hacia arriba, pero sí, gloria-gloria-aleluya-Dios.

Deavid abre la caja y dentro hay un par de calmantes para los nervios, los toma y se los traga inmediatamente.

- Podría entender lo de la carencia de miembro viril – comenta -, es más, podría hacerme pendejo; que poco trabajo me cuesta; y no prestarle caso al truco de Flash que hiciste en el pasillo...
- Y dale con Flash.
- ... Es más, podría dejar de pensar que tengo una cajita que materializa cosas – Toma la caja y la hace a un lado -, la cual por cierto ¡dice Pandora!
- En serio, eso es una broma – intenta explicar Metatron.
- Pero que me salgas con la súper mamada de que Dios me mandó esta caja... – se levanta abruptamente - ¡eso no lo creo!
- Calma... –sugiere Metatron, mientras le hace señas con las manos para que se vuelva a sentar.
- ¡No pienso calmarme! ¡Por Dios, soy ateo!
- Era de suponerse, pero cálmate – nuevamente le hace señas para que vuelva a tomar asiento.
- ¡No pienso sentarme!
- Muy bien – Metatron encoge los hombros -, como gustes, déjame explicarte.
- ¡Buena idea!
- De entrada, querido Deavid Author, entre las cosas que olvidaste comentar está el hecho de que yo, un perfecto desconocido, te pidió trabajo a cambio de nada, pero no te preocupes, no me siento mal, nadie toma en cuenta a sus empleados.
- Ehhh... – Deavid se sienta nuevamente – Perdón, no quise ofenderte...
- No te preocupes ingrato, te entiendo.
- ¿Entonces por qué me dices ingrato?
- Porque lo eres...

Deavid se toma un segundo para meditarlo.

- ¿Lo soy?
- A veces.
- ¿En serio?
- Sip.
- Tienes Razón Metatron – Deavid nuevamente toma asiento y respira profundo, aunque eso podría ser también el efecto de los calmantes -. Creo que es mejor que me calme.

Metatron parpadea lentamente, se aclara la garganta y con un tono amable comienza a explicarle la situación a Deavid.

Al principio, le explicó de dónde venían los hombres, pero eso no es interesante. Le explicó que toda la creación es parte importante de un balance universal y que quejarse de la existencia no es algo nuevo, de hecho los fenicios se quejaban tanto, que decidieron hacer un sistema monetario de tal manera que todos se sintieran tan miserables como ellos. Lo lograron.

Le explicó que lo más importante en la creación es mantener el balance entre vivos y muertos, inteligentes e idiotas, suertudos y desafortunados, etcétera. Todo esto con una razón, mantener la verdad absoluta.

- ¿Verdad absoluta? – pregunta Deavid.
- Ajá, la verdad absoluta.
- A ver... creo entender lo que me dices de que los hombres venimos del plumaje de los pericos y las conchas de tortugas...
- Así es, me consta.
- Pero no entiendo la verdad absoluta, ¿qué es eso?

La verdad absoluta es la única afirmación en el universo que no puede ser refutada, sólo hay una, y una nomás, por lo tanto, tienen que cuidarla. Para hacerlo, los Dioses hicieron un pacto: todas sus creaciones serían libres de hacer lo que quisieran, no obstante, todas obedecerían lo que el destino les dictara.

- Eso suena un tanto contradictorio –afirma Deavid mientras abre la caja para sacar otra lata de coca cola.
- ¡Exacto! – contesta emocionado Metatron – Esa es la verdad absoluta.
- ¿Mi lata de coca cola?
- No asno, la contradicción, todo es contradictorio.
- No entiendo...

La contradicción es una afirmación y negación que se oponen una a otra y recíprocamente se destruyen, en otras palabras, todo lo que parece ser verdad, no lo es, por lo tanto, la única verdad es que no hay verdad, ésta es la verdad absoluta.

- Creo comprender – comenta Deavid -, es como los narcos, que a pesar de tener mucho dinero, están jodidos.
- No, eso es una paradoja.
- Okey, entonces no entendí.
- Todos los seres en este mundo, y en los otros mundos que tienen los “dioses” a su cargo, tienen la una razón de ser y afectan a todos los que los rodean.
- Creo entender eso.
- ¡Perfecto!, es como el famoso efecto mariposa.
- ¿Esa mamada que dice que el aleteo de una mariposa puede causar un tornado?
- En efecto, la única diferencia con la verdad absoluta y el efecto mariposa, es que la verdad absoluta dice que todo ya está predispuesto.
- ¿O sea que la estupidez de James tiene una razón de ser?
- Sí y no, James es idiota por naturaleza, pero sus idioteces ayudan a los demás, él es un mediador.
- Me estás perdiendo...

Los mediadores, son personas que en el mundo práctico, no tienen mucha importancia, por ejemplo Filemón. Para muchos, Filemón sólo es un tipo pesado que odia al mundo y hace perder el tiempo a quienes se lo permiten, pero lo que nadie sabe, es que sus acciones han evitado que gente con muy mala suerte muera aplastada por un piano, o que gente muy afortunada, se gane la lotería y cambie su manera de ser.

Entre las cosas que Deavid ha perdido por culpa de Filemón están: doce veces la lotería, cuatro veces al amor de su vida, mil quinientos setenta y seis dólares con cuarenta y dos centavos en dinero tirado en la calle, y ciento veinticuatro taxis de los cuales, trece acabaron impactados en diferentes objetos, nueve eran conducidos por un asaltante y los demás iban bien, pero no importa mucho, dado que Deavid no sabe nada de esto.

- Tengo miedo de preguntar – Deavid abre la caja y saca otra lata de coca cola -. ¿yo soy un mediador?
- No, tú no eres un mediador, de hecho no sé que seas.
- ¡Se supone que eres un ángel!
- Sí, lo soy, ¡pero no soy un médium!... hay algo raro contigo.
- ¿Raro?
- Sip, se supone que los ángeles podemos ver dentro de los corazones y las almas de los humanos, pero contigo es diferente, no puedo hacerlo.
- ¿Algún motivo que se te ocurra?
- No, pero tal vez la caja sepa.

Deavid abre la caja y encuentra una hoja de papel, que dice “no puede hacerlo, no tiene que hacerlo –D”

- ¿Verdad absoluta? – pregunta Deavid.
- Al parecer...
- Y a todo esto, lo importante del día, ¿por qué me mandaron a mí la caja?
- ¡Cierto!, la caja... – El timbre del departamento suena interrumpiendo a Metatron.
- ¡No hay nadie! – Grita Deavid, pero el timbre vuelve a sonar – ¿Esperas a alguien? - le pregunta a Metatron.
- Noup.

Deavid se levanta y camina hacia la puerta.

- ¡Quién es!
- ¿Ho... hola?, ¿este es el departamento de Deavid Author? – pregunta una voz femenina.
- ¿Quién lo busca?
- Hola, soy su ex vecina, Gladiola, ¿se acuerda de mi?
- ¿Gladiola?, ¿la del refrigerador enorme?
- Esa misma.
- ¿Qué tal Gladis cómo está?
- Bien... ¿oiga, podría abrir la puerta?
- ¡Por supuesto!, permítame un segundo – Deavid le hace señas a Metatron para que esconda la caja, éste obedece y la tira detrás de un sillón -. Voy, voy, un segundo.

Deavid abre la puerta, dos mujeres están frente a él, una es Gladiola, su antigua vecina teibolera y la otra es una mujer extraña, pero que de alguna manera le es familiar a El Autor.

- Hola Gladis, pásale, perdón por el desorden.
- Gracias Dave... oye, no quiero quitarte mucho tiempo, sé que tú trabajas en tu casa... mira, lo que pasa es que... mira... te presento a una amiga, ella es...
- Sandra Schultz – interrumpe Metatron.
- ¡Sandra Schultz! – Exclama Deavid.
- Hola Dave... – comenta Sandra - ¿Todavía te acuerdas de mí?

15 comentarios:

Anónimo dijo...

jojojo ya era hora ponte a trabajar talegon!!!!

Rey profeta dijo...

esto es por lo que es tan chido este lugar ojala no se tarde en llegar la parte 4

El Mulder dijo...

Pinche mamón, ¿por qué lo acabas ahí?, ¡qué te costaba agregarle o quitarle 10 renglones?, pero no, el chiste es traernos a todos como pendejos.

Y respecto a lo de que los focos se funden cuando más los necesitamos, es cierto: el sábado pasado, mientras orinaba alegremente en casa del ovoide se fundió el foco; yo solo trate de salpicar lo menos posible, sin mucho éxito creo.

José Luis Avila Herrera dijo...

Pasé a saludarte y a leerte!

En lo que pueda yo servirte, estoy a tus órdenes.

mi blog es: http://novedadestecnologicas.blogspot.com/

✞ঔৣJořɠɛ V1lchi5.ঔৣ✞ dijo...

Me ofrezco para el intro IV

El Zacko dijo...

Tenía razón el Huevo , es el mejor de las tres entregas, Felicidades Don Deavid, esto se pone mejor, espero ya la cuarta parte, y ver quien será quien de la Intro.

Hasta pronto.

Anónimo dijo...

yo quiero una de esas cajitas... =)




y se me antojo una coca ='(




cuidese, le mando saludos y besos tambien, =)**********

Anónimo dijo...

aughh..la ultima vez que me quede con esa sensacion fue cuando Beatriz Kido killea a Bill




NEXT! next¡¡¡!!

SLSC dijo...

como eres mamón Autor, espero no te vayas a tardar más de un mes con la cuarta parte, por cierto,ya cayó el primero que quiere tener sexo contigo, pinche jose-luis-lame-bolas. jajaja.

Dib dijo...

... De repente eres un mamón extremo 'che Autor, pero en verdad eres un buen escritor.

Espero pronto leer la siguiente entrega.

ZPONCH dijo...

Pues me he aventado ya los tres derechos de Autor de un jalon... son demasiado buenos y coincido con los demas... QUE POCA MADRE DEJARLO AHI NO CHINGUES...todo me gusto, lo del metatron y todo eso pero... no se porque imagino al Metatron con la cara de Alan Rickman sera porque interpreto al Metatron en "Dogma" juar juar... eso es buenisimo lo de "anatomicamente incompleto como el muñeco Ken" espero el siguiente capitulo.

Rey profeta dijo...

despues de pensarlo bastante me decidí apuntar al casting de la introducción de la cuarta parte mi dirección es http://dojokamiya.blogspot.com

Anónimo dijo...

NoSfeRaTu Opina:

(haciendo reverencia)
Me quito el sombrero!

CHAD dijo...

no mames, esto se pone cada ves mas chingon pinche autor, te estas sacando un puto 11 con estos derechos de autor. SALUCHES

Anónimo dijo...

aaaaa no manches esta fregona el webo tenia razon es la mejor pero ya kiero saber ke mas pasa.

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