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domingo, mayo 26, 2013

Godzilla Raids Again

El trabajo se ha puesto un poco agresivo últimamente y, aunque podría llenar todo un párrafo con excusas, la neta es que me da casi tanta hueva escribirlas como sé que a usted le daría leerlas.

Sigamos con lo que reinició este blog, el buen señor Don Godzilla y sus películas. 

Sabemos que a muchos les vale pispiote lo que hay detrás de esta lagartijota, pero igual, a nosotros nos vale verga que les valga pispiote.

Nos propusimos hablar de todas las películas de Godzilla que tenemos (que son todas las que salieron en el cine) y es lo que haremos; además, con Pacific Rim a punto de salir, la palabra “kaiju” retomará fuerza y por ahí uno que otro que la Googleé llegará a este blog y ¡caray! No queremos decepcionar a todos esos (inútiles) redactores, content y community managers que buscan información fidedigna para fusilarse.


Metatron's Lounge Presenta:
El Club de Godzilla.


The Volcano Monsters.



No sabemos si sea un patrón, una (cruel) broma del destino o simple incompetencia, pero como en otros casos dentro de la franquicia, esta película sufrió del “mal del nombre” cuando salió de Japón.

¿Y ahora cómo le pusieron a este muchacho? ¿Ballenoide? ¿Lagartijón? ¿Gamera…? ¡Ojalá!

Godzilla Raids Again salió sólo un año después de “Gojira”, en 1955, de hecho, se filmó y produjo en sólo seis meses, por lo que su calidad, en comparación con la de la cinta anterior es inferior, muy.



Pero al parecer, apresurar la producción de la película no fue suficiente “factor porquería” para el mercado estadounidense.

La cinta llegó a América cuatro años después de su estreno nipón, en 1959, bajo el nombre “Gigantis the Fire Monster”. ¿La razón? Warner (la distribuidora) no quería que la gente pensara que éste era un filme de Godzilla. Sí, así de idiota como suena, pero ¿qué cree? Esto apenas comienza...

Warner quería explotar el género kaiju bajo su propia óptica y para esto, decidió tomar lo que ya existía; con esto debemos entender, lo que se había filmado para otras películas; que en el caso de Godzilla estaba depositado en sólo dos cintas.

Suena un tanto absurdo, pero no sería la primera ni la última vez que se hiciera.

Se escribió un nuevo guión con un nuevo argumento y se hicieron los story-boards de una película llamada “The Volcano Monsters” en los que sólo se usarían cachos de las madrizas entre Godzilla, Anguirus y las fuerzas armadas. Todo contextualizado en San Francisco.

Pero hacer que las ciudades de Japón se parezcan a San Francisco no es fácil y, por esa razón, Toho apoyó a Warner prestando los trajes de Gojira y Anguirus para que, de ser necesario, se filmaran escenas nuevas.

Eso jamás pasó, el traje de Anguirus regresó a Japón mientras que, el de Gojira, se rumora, fue robado. Que tiene sentido o, por lo menos, cuadra con el rediseño que tuvo el personaje para la siguiente película.

Y aunque no se filmó nada nuevo, la cinta sí cambió. La idea de hacer una película de Godzilla, que no fuera de Godzilla se mantuvo; Warner agregó algunos (varios) minutos de imágenes de archivo y a un eterno narrador que, en prácticamente todo momento, nos dice qué es lo que pasa en pantalla.

Obviamente el audio fue doblado y en ese inter, la historia cambió radicalmente. Aprovechando que todos los diálogos serían reinterpretados, se hicieron movimientos en el guión que establecen que el monstruo que se putea con Anguirus se llama Gigantis, sin importar que para hacerlo se usen imágenes de la primera película de Godzilla. Pura brillantez.

Pero Godzilla Raids Again (aunque sarra) es importante por varios motivos dentro de la era Showa de Godzilla, no obstante, esto no la convierte en un buen filme, ni siquiera dentro del género Kaiju. Y la versión americana... Pior.

El DVD de Classic Media (lo recomendamos) de Godzilla Raids Again, es fácil de conseguir y éste incluye ambas versiones.


Godzilla Rides Again.
(Gojira no gyakushu)



¿De qué va?
La historia se centra en Tsukioka y Kobayashi, dos pilotos que, a un año del ataque de Godzilla, se dedican a sobrevolar los mares en busca de cardúmenes para una compañía pesquera.

Un día, la avioneta de Kobayashi se descompone, obligándolo a realizar un aterrizaje de emergencia que lo deja varado en una isla aparentemente deshabitada, nada de qué preocuparse, antes de aterrizar Kobayashi dio su posición y situación, por lo que sólo es cuestión de tiempo para que alguien llegue a rescatarlo.

¡A así es! Al poco rato, Tsukioka llega por su amigo, pero un extraño ruido interrumpe su reunión. Al investigar encuentran que un Godzilla se está poniendo en su madre con otro kaiju desconocido.

A regresar a tierra firme, Tsukioka y Kobayashi explican la situación y un puñado de científicos y militares que establecen que, en efecto, lo que vieron los pilotos fue Godzilla, pero no el mismo que fue aniquilado un año atrás por el Oxygen Destroyer, no obstante, el misterio del otro kaiju sigue presente.

Tras checar un libro de dinosaurios, deducen que el kaiju misterioso es, al igual que Godzilla, un animal mutado por las pruebas con la Bomba-H, en este caso, un anquilosaurio al que deciden llamar Anguirus.

Pero el peligro aquí es Godzilla; se piensa que dentro de poco atacará Japón y ya no hay otro Oxygen Destroyer ni otro Dr. Serizawa que pueda fabricarlo, así, la nación se declara oficialmente hasta el cuello de mierda.

Como se pensó, Godzilla ataca, pero para la buena fortuna de los nipones, lo hace durante la noche, por lo que, en una medida desesperada, se corta la energía eléctrica para ocultar sus ciudades en el manto de la noche mientras que unos aviones, a través de bengalas, distraen al kaiju para llevarlo a un rumbo despoblado.

Pero Diosito es máquina y algo tenía que meterle la verga al pastel. En una de las escenas más “a la de a huevo” de toda la serie (y mire que eso ya es decir un chingo), un convoy de prisioneros es tomado por los cacos que transporta y, en un accidente, éstos provocan un incendio en una zona industrial.

El incendio llama la atención de Godzilla y del, hasta el momento ausente, Anguirus. Ambos se acercan a las flamas pero cuando se ven el uno al otro olvidan el fuego y comienzan a ponerse en sus respectivas madres.

Anguirus no aguanta la caña que le acomoda Godzilla y muere, pero el problema no se ha terminado, Godzilla sigue vivo y sigue siendo un peligro.

El gobierno, con ayuda de Tsukioka y Kobayashi, le tienden una trampa a Godzilla. Lo llevan a una zona gélida donde lo sepultan bajo toneladas de hielo.

Curiosamente, esta es una de las pocas veces en la que los militares pueden hacer algo contra el Rey de los Monstruos. Por lo general son aplastados, ignorados o derretidos.



Dificultad.
Ligeramente más difícil de conseguir que la primera, pero muy poco, si usted maneja la "compra de porquería en línea", no tendrá ni un solo pedo en toparla en eBay o en Amazon.


Mostro Time.
La primera chiliza entre Godzilla y Anguirus se da dentro de los primeros 10 minutos de película, lo cual es muy bueno.


Aquí hay dos puntos importantes a resaltar.

Esta fue la primera película en la que Godzilla se pone en su madre con otro monstruo, cosa que gustó tanto que se mantuvo durante toda la era Showa.

Lo malo, fue que el equipo de producción era bastante novato y se filmaron escenas en las que las peleas se ven aceleradas y horribles, pero hay una razón, permítame explicarle.

Para darle realismo a las escenas de destrucción, éstas eran filmadas con cámaras de alta velocidad que, al ponerse a velocidad normal, dan un efecto de “cámara lenta”. Harou Nakajima, el actor encargado de llenar los (literalmente) gigantes zapatos de Godzilla, tenía que moverse hasta tres veces más rápido de lo normal cuando estaba dentro del traje para generar la ilusión de cámara lenta, pues, de moverse a velocidad normal, el efecto se veía poco natural.

Pero como mencionamos, el equipo de producción era novato y los muy pendejos, pusieron mal las velocidades de las cámaras. En vez de grabar más rápido, las hicieron grabar más lento.

Al revelar el rollo, el director, Motoyoshi Oda se topó con un montón de imágenes aceleradas de dos botargas destruyendo maquetas.


Aquí la verdad no sabemos si, en un momento dado, Oda decidió que las imágenes servía o si la premura por sacar la secuela pesaba tanto como para no volver a filmar. El chiste es que esas escenas aceleradas las podemos ver en la versión final y, la neta, se ven bien chorizas.


Seriedad.
Entre Godzilla y Anguirus se provoca una gran destrucción, pero ésta es apenas mencionada. El problema aquí no es lo que provocan los monstruos, es detenerlos y ahí se nos cae un poco el argumento, pues se convierte en un clásico escenario de buenos contra el malo. Y ya...


Factor humano.
Tsukioka y Kobayashi no son ni el cambio de temperatura provocado por la sombra del Dr. Serizawa. La historia de estos dos compadres y sus parejas es aburridísima, está llena de clichés y, salvo un sacrificio por parte de un personaje secundario, prácticamente no hay aporte a la película. Es más, los cacos que provocan el incendio que llama a Godzilla tienen más peso que los protagonistas.


Producción.
Me molesta ver que, por un lado, hay varios efectos y composiciones interesantes que, gracias al formato blanco y negro generan ilusiones creíbles, por ejemplo, aquí hay más encuadres de personas escapando de los monstruos a la distancia, así como hay varios y mejores trabajos en las maquetas y en las explosiones.

Pero las pinches madrizas aceleradas le parten la madre a toda la película. De verdad, por más que uno quiera “contextualizarse en la época” uno no puede dejar de notar que esas escenas son errores.

Es una verdadera lástima que la primera pelea entre Godzilla y otro monstruo sea tan pedorra.


Total

Sabemos que suena un tanto duro, pero somos honestos al decir que ésta es una de las películas más decepcionantes de la serie. No es necesariamente mala, pero dista encabronadamente de ser siquiera pasable. Todavía más, si consideramos lo chingona que fue la primera parte.

Pero también, le tenemos cariño y respeto porque, como ya se mencionó, ésta es la primera de casi 30 secuelas y también es la primera en la que Godzilla se madrea con otro monstruo, así como la última en blanco y negro.

Algo interesante es que al final, Godzilla no muere, simplemente es vencido y atrapado en hielo, por lo que se entiende que este "segundo Godzilla" es el protagonista de toda la era Showa.

Se ha hablado mucho al respecto (sobre si es o no el mismo Godzilla) pero como veremos en próximas entradas, la era Showa se complica muy cabrón y la continuidad es uno de los tantos factores que, junto con la física, la lógica y la realidad, no son necesarios en el universo del Rey de los Monstruos.




Ruvalcaba opina:

Recuerdo que este cabrón (il' pinche Deavid Author) me enseñó la primera de Godzilla y, esperando un churrazo, me sorprendí por lo profunda y dramática que es, ¡brrr! Nomás de recordar ciertas partes hasta se me pone la piel de gallina.

Te soy honesto Autor, tenía altas expectativas de Godzilla Raids Again, a lo mejor porque está en blanco y negro o por ser la segunda, pero me pasó algo como con Episodio I, como que quería que me gustara, pero nomás no pude vendérmela.

Qué bueno que hay más y mejores películas de ¡Gojira!
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