El trabajo
se ha puesto un poco agresivo últimamente y, aunque podría llenar todo un
párrafo con excusas, la neta es que me da casi tanta hueva escribirlas como sé
que a usted le daría leerlas.
Sabemos que a muchos
les vale pispiote lo que hay detrás de esta lagartijota, pero igual, a nosotros nos vale verga que les valga pispiote.
Nos propusimos hablar de todas las películas de Godzilla que tenemos (que son todas las que salieron en el cine) y es lo que haremos; además, con Pacific Rim a punto de salir, la palabra “kaiju” retomará fuerza y
por ahí uno que otro que la Googleé llegará a este blog y ¡caray! No queremos decepcionar a todos esos (inútiles) redactores, content y community managers
que buscan información fidedigna para fusilarse.
Metatron's Lounge Presenta:
El Club de
Godzilla.
The Volcano
Monsters.
No sabemos si
sea un patrón, una (cruel) broma del destino o simple incompetencia, pero como en otros casos dentro de la franquicia, esta película sufrió del “mal del
nombre” cuando salió de Japón.
¿Y ahora
cómo le pusieron a este muchacho? ¿Ballenoide? ¿Lagartijón? ¿Gamera…? ¡Ojalá!
Godzilla
Raids Again salió sólo un año después de “Gojira”, en 1955, de hecho, se filmó
y produjo en sólo seis meses, por lo que su calidad, en
comparación con la de la cinta anterior es inferior, muy.
Pero al
parecer, apresurar la producción de la película no fue suficiente “factor
porquería” para el mercado estadounidense.
La cinta llegó a América cuatro años después de su estreno nipón, en 1959, bajo el nombre
“Gigantis the Fire Monster”. ¿La razón? Warner (la distribuidora) no quería que la gente pensara
que éste era un filme de Godzilla. Sí, así de idiota como suena, pero ¿qué
cree? Esto apenas comienza...
Warner
quería explotar el género kaiju bajo su propia óptica y para esto, decidió tomar lo que ya existía; con esto debemos entender, lo que se había filmado para otras películas; que en el caso de Godzilla estaba depositado en sólo dos cintas.
Suena un tanto absurdo, pero no sería la primera ni la última vez que se hiciera.
Suena un tanto absurdo, pero no sería la primera ni la última vez que se hiciera.
Se escribió
un nuevo guión con un nuevo argumento y se hicieron los story-boards de una película
llamada “The Volcano Monsters” en los que sólo se usarían cachos de las madrizas
entre Godzilla, Anguirus y las fuerzas armadas. Todo contextualizado en San
Francisco.
Pero hacer que las ciudades de Japón se parezcan a San Francisco no es fácil y, por esa razón, Toho apoyó a Warner
prestando los trajes de Gojira y Anguirus para que, de ser necesario, se
filmaran escenas nuevas.
Eso jamás
pasó, el traje de Anguirus regresó a Japón mientras que, el de Gojira, se
rumora, fue robado. Que tiene sentido o, por lo menos, cuadra con el rediseño que tuvo el personaje para la siguiente película.
Y aunque no se filmó nada nuevo, la cinta sí cambió. La idea de hacer una película de Godzilla, que no
fuera de Godzilla se mantuvo; Warner agregó algunos (varios) minutos
de imágenes de archivo y a un eterno narrador que, en prácticamente todo momento, nos dice qué
es lo que pasa en pantalla.
Obviamente
el audio fue doblado y en ese inter, la historia cambió radicalmente.
Aprovechando que todos los diálogos serían reinterpretados, se hicieron movimientos en el guión que establecen que el monstruo que se putea con Anguirus se
llama Gigantis, sin importar que para hacerlo se usen imágenes de la
primera película de Godzilla. Pura brillantez.
Pero Godzilla
Raids Again (aunque sarra) es importante por varios motivos dentro de la era Showa de
Godzilla, no obstante, esto no la convierte en un buen filme, ni siquiera dentro del género Kaiju. Y la versión americana... Pior.
El DVD de Classic Media (lo recomendamos) de Godzilla Raids
Again, es fácil de conseguir y éste incluye ambas versiones.
Godzilla
Rides Again.
(Gojira no
gyakushu)
¿De qué va?
La historia se centra en Tsukioka y Kobayashi, dos pilotos que, a un año del ataque de Godzilla, se dedican a
sobrevolar los mares en busca de cardúmenes para una compañía pesquera.
Un
día, la avioneta de Kobayashi se
descompone, obligándolo a realizar un aterrizaje de emergencia que lo
deja varado en una isla aparentemente deshabitada, nada de qué preocuparse,
antes de aterrizar Kobayashi dio su posición y situación, por lo que sólo es
cuestión de tiempo para que alguien llegue a rescatarlo.
¡A así es!
Al poco rato, Tsukioka llega por su amigo, pero un extraño ruido interrumpe su
reunión. Al investigar encuentran que un Godzilla se está poniendo en su madre
con otro kaiju desconocido.
A regresar
a tierra firme, Tsukioka y Kobayashi explican la situación y un puñado de
científicos y militares que establecen que, en efecto, lo que vieron los pilotos fue Godzilla, pero no el mismo que fue aniquilado un año atrás por el Oxygen Destroyer, no obstante, el misterio del otro kaiju sigue
presente.
Tras checar
un libro de dinosaurios, deducen que el kaiju misterioso es, al igual que Godzilla, un animal mutado por las pruebas con la Bomba-H, en este caso, un anquilosaurio al que deciden llamar Anguirus.
Pero el
peligro aquí es Godzilla; se piensa que dentro de poco atacará Japón y ya no hay otro Oxygen Destroyer ni otro Dr. Serizawa que pueda fabricarlo, así, la nación se declara oficialmente hasta el cuello de mierda.
Como se pensó, Godzilla
ataca, pero para la buena fortuna de los nipones, lo hace durante la
noche, por lo que, en una medida desesperada, se corta la energía eléctrica
para ocultar sus ciudades en el manto de la noche mientras que unos aviones, a
través de bengalas, distraen al kaiju para llevarlo a un rumbo despoblado.
Pero
Diosito es máquina y algo tenía que meterle la verga al pastel. En una de las
escenas más “a la de a huevo” de toda la serie (y mire que eso ya es decir un
chingo), un convoy de prisioneros es tomado por los cacos que transporta y, en
un accidente, éstos provocan un incendio en una zona industrial.
El incendio llama la atención de Godzilla y del, hasta el momento ausente, Anguirus. Ambos se acercan a las flamas pero cuando se ven el uno al otro olvidan el fuego y comienzan a ponerse en sus respectivas madres.
Anguirus no
aguanta la caña que le acomoda Godzilla y muere, pero el problema no se
ha terminado, Godzilla sigue vivo y sigue siendo un peligro.
El
gobierno, con ayuda de Tsukioka y Kobayashi, le tienden una trampa a Godzilla.
Lo llevan a una zona gélida donde lo sepultan bajo toneladas de hielo.
Curiosamente, esta es una de las pocas veces en la que los militares pueden hacer algo contra el Rey de los Monstruos. Por lo general son aplastados, ignorados o derretidos.
Dificultad.
Ligeramente
más difícil de conseguir que la primera, pero muy poco, si usted maneja la "compra de porquería en línea", no tendrá ni un solo pedo en toparla en eBay o en Amazon.
Mostro
Time.
La primera
chiliza entre Godzilla y Anguirus se da dentro de los primeros 10 minutos de
película, lo cual es muy bueno.
Esta fue la
primera película en la que Godzilla se pone en su madre con otro monstruo, cosa
que gustó tanto que se mantuvo durante toda la era Showa.
Lo malo, fue que el equipo de producción era bastante novato y se filmaron escenas en las que las peleas se ven aceleradas y horribles, pero hay una razón, permítame explicarle.
Para darle
realismo a las escenas de destrucción, éstas eran filmadas con cámaras de alta
velocidad que, al ponerse a velocidad normal, dan un efecto de “cámara lenta”.
Harou Nakajima, el actor encargado de llenar los (literalmente) gigantes zapatos
de Godzilla, tenía que moverse hasta tres veces más rápido de lo normal cuando estaba dentro
del traje para generar la ilusión de cámara lenta, pues, de moverse a velocidad normal, el efecto se veía poco natural.
Pero como
mencionamos, el equipo de producción era novato y los muy pendejos, pusieron mal las
velocidades de las cámaras. En vez de grabar más rápido, las hicieron grabar
más lento.
Al revelar
el rollo, el director, Motoyoshi Oda se topó con un montón de imágenes aceleradas
de dos botargas destruyendo maquetas.
Aquí la
verdad no sabemos si, en un momento dado, Oda decidió que las imágenes servía o si la
premura por sacar la secuela pesaba tanto como para no volver a filmar. El chiste es que esas escenas
aceleradas las podemos ver en la versión final y, la neta, se ven bien chorizas.
Seriedad.
Entre
Godzilla y Anguirus se provoca una gran destrucción, pero ésta es apenas
mencionada. El problema aquí no es lo que provocan los monstruos, es detenerlos y ahí se nos cae un poco el argumento, pues se convierte en un
clásico escenario de buenos contra el malo. Y ya...
Factor
humano.
Tsukioka y
Kobayashi no son ni el cambio de temperatura provocado por la sombra del Dr. Serizawa. La historia de estos dos compadres y sus parejas es aburridísima,
está llena de clichés y, salvo un sacrificio por parte de un personaje secundario, prácticamente no hay aporte a la película. Es más,
los cacos que provocan el incendio que llama a Godzilla tienen más peso que los
protagonistas.
Producción.
Me molesta
ver que, por un lado, hay varios efectos y composiciones interesantes que,
gracias al formato blanco y negro generan ilusiones creíbles, por ejemplo, aquí
hay más encuadres de personas escapando de los monstruos a la distancia, así como hay varios
y mejores trabajos en las maquetas y en las explosiones.
Pero las
pinches madrizas aceleradas le parten la madre a toda la película. De verdad,
por más que uno quiera “contextualizarse en la época” uno no puede dejar de
notar que esas escenas son errores.
Es una
verdadera lástima que la primera pelea entre Godzilla y otro monstruo sea tan pedorra.
Total
Pero también, le tenemos cariño y respeto porque, como ya se mencionó, ésta es la primera de casi 30 secuelas y también es la primera en la que Godzilla se madrea con otro monstruo, así como la última en blanco y negro.
Algo interesante es que al final, Godzilla no muere, simplemente es vencido y atrapado en hielo, por lo que se entiende que este "segundo Godzilla" es el protagonista de toda la era Showa.
Se ha hablado mucho al respecto (sobre si es o no el mismo Godzilla) pero como veremos en próximas entradas, la era Showa se complica muy cabrón y la continuidad es uno de los tantos factores que, junto con la física, la lógica y la realidad, no son necesarios en el universo del Rey de los Monstruos.
Ruvalcaba opina:
Recuerdo que este cabrón (il' pinche Deavid Author) me enseñó la primera de Godzilla y, esperando un churrazo, me sorprendí por lo profunda y dramática que es, ¡brrr! Nomás de recordar ciertas partes hasta se me pone la piel de gallina.
Te soy honesto Autor, tenía altas expectativas de Godzilla Raids Again, a lo mejor porque está en blanco y negro o por ser la segunda, pero me pasó algo como con Episodio I, como que quería que me gustara, pero nomás no pude vendérmela.
Qué bueno que hay más y mejores películas de ¡Gojira!