lunes, julio 25, 2005

El antro de moda

En algún momento de la vida, alguien nos ha arrastrado a estas chingaderas, no obstante, no falta el pendejo al que realmente le gusta el famoso desmadrito de los antros... que puto horror, ir a un antro es como nadar en una piscina que en vez de agua tenga miados, es un poco profunda la metáfora, pero analícelo, verá que es verdad.

-El Autor.


Metatron’s Lounge presenta:

“La vida detrás del mostrador”
¡Goey!


El viernes laboral ha terminado, al fin, ya no tendrás que escuchar los múltiples gemidos de tus obeso y pendejísimo jefe, tampoco tienes que soportar el olor a papel bond de la oficina, ni ese sentimiento de que eres una pieza muy pequeña que envejece sin el más mínimo reconocimiento de su anónima gloria en un mundo muy grande que gira, gira y gira sin detenerse para decir: “¡Hey, tu madre no te mintió!, sí eres especial”. Sí, que bueno que ya se terminó el día laboral.

Llegas a tu casa, y de inmediato te quitas el collar burócrata conocido como corbata, mandas a la verga los zapatos de charol color uniforme de primaria y con cuidado pones en un gancho del perchero ese maldito saco Hugo-Boss que te costó tantísimo dinero sólo porque es de la línea Otoño-Infierno-Laboral.

Te sientas en tu sala a disfrutar del zapping frente a tu TV, el hedor de tus patas para ti, es olor a gloria, es más, te dan ganas de quitarte los calcetines de cocolitos que te regaló mamá para sentir más a flor de piel ese olorcito mágico, es más, ¿por qué quedarse con las ganas?, lo haces ¡fuera calcetines!.

“La vida es buena” piensas por un momento, en el cual por cierto, también analizas que trabajar para un montón de ratas gubernamentales no es tan malo, después de todo, tú haces bien tu trabajo, no te robas dinero y a veces, cuando estás de buenas porque acabas de tomarte un rico café de esos que hace la señora de intendencia, ayudas a la gente que tiene dudas en vez de mandarlos a chingar a su madre como todos los demás. Sí, la vida es muy buena.

Mientras disfrutas del olor de tus pies, la idea de tomar un baño mientras pones una rica Maruchan en el microondas y esperas a que termine “Hi-Hi Puffy AmyYummy” para que comience “Batman”, no suena nada mal, así que vas a la cocina, sacas una deliciosa Maruchan sabor pollo-plástico, le pones agua, la metes en el horno, camino al baño te desabrochas los pantalones para meterte a bañar, pero ahí, justamente cuando tu velada había llegado a un momento de éxtasis en su propia mediocridad y simpleza, el teléfono tiene que romper con el balance que habías creado entre esperar el final de “Hi-Hi Puffy Amy-Yummy” y meterte a bañar.

Respondes el teléfono con un tono de voz que le daría hueva a la misma muerte, y del otro lado está Juanito, o cómo él se autonombra, James... pooota madre, ser más nefasto no podía marcar a tu hogar.

Es en este instante, cuando le pones más atención al “beep-beep-beep” del Microondas que a la azarosa plática de James, hay un caballo en la séptima carrera que con la posibilidad de ciento ochenta a veinte, va a ganar; curiosamente, el caballo tiene el mismo número que tenías tú en la secundaria y que según tú es de la suerte. Por otro lado, más bien, por muchos otros lados, en hogares donde hay televisión por cable y se está sintonizado el megamaratón de HBO por un millón de dólares, los televidentes están escuchando el “toot-toot-toot” de tu teléfono ocupado, ¡ahhh!, por poco lo olvido, también hay una mujer hermosa en el Seven-Eleven de tu cuadra buscando a alguien como tú para tener sexo.

Pero no te encontrará porque en este instante, en el que pudiste ganar un millón de dólares con HBO, salir de deudas apostándole a un caballo carismático o simplemente ir a la calle para toparte con una top model ninfómana, estás hablando con James, y casualmente, a pesar de que ignoras la posibilidad de ganar un millón de dólares con HBO, que existe el hipódromo y que ahora no hay una, sino dos top models en el Seve-Eleven de tu cuadra que buscan a alguien como tú para hacerle sándwich, sientes un deseo homicida hacia este cabrón, y es por eso que mejor te concentras en el “beep-beep-beep” del Microondas, que ya hace un rato que dejó de sonar.

En algún punto de la conversación, sentiste un sentimiento al que llamaremos, compasión, sí, compasión por un fulano cuyos tres únicos amigos son tres pendejos que te surran la madre más que James, pues dentro de lo que cabe, James no te cae tan mal, simplemente se te hace un fulano con tres amigos pendejísimos, y que bien podría ser llevado al lado de la luz, pero que por tres fuertes razones no lo ha querido.

La compasión que sientes por James se materializa cuando en algún otro punto de la conversación, aceptaste acompañarlo a un antro, pero ¡hey!, no-es-cualquier-antro, es el antro de moda y tiene cortesías, o por lo menos, eso es lo que él cree, pero no nos adelantemos en la narración de esta historia, hay que seguir con su desarrollo, es como si en este momento hiciera que te dieras cuenta que tras soltar un par de carcajadas y leas el final de este texto te dieras cuenta de que te has reído frente a tu monitor por las pendejadas de un no menos pendejo autor de un pendejísimo blog.

El punto es que ya aceptaste acompañar a James a su tan-mentado-antro-de-moda, ya no hay vuelta para atrás, James viene en camino y tú estás sin corbata, sin saco, sin calcetines y sin la idea de quitarte los pantalones, después de todo, este fulano ya viene en camino y tu último deseo es que te vea sin pantalones, extrañamente no es el último deseo de James, pero sí te puedo asegurar que ocupa uno de los lugares más bajos en su lista de cosas que no quiere experimentar en su vida.

Tú idea de no quitarte los pantalones es rápidamente eliminada al darte cuenta de que hueles a oficinista cansado, así que decides ir a tomarte un baño, no entraré en detalles de la higiene masculina, pero sí te puedo decir que Zest es un fraude; ya van más de cinco talladas y por más que tratas no sientes volver a la vida, sólo un poco más limpio y refrescado.

Tomas tu camisa fiestera favorita, o sea, aquella que nunca llevas a la oficina, tus pantalones a la moda, y justo después de los boxers, te los pones, acto seguido te embarras desodorante antitranspirante y te abotonas tu camisa, ya sólo faltan unos calcetines entre tus pies y tus zapatos para tomar el peine y esperar a que James llegue a tu casa, todo lo haces sin más problemas, pero James no ha llegado, lo que te permite regresar a la TV para ver el final de un episodio que no habías visto de Batman.

Si pudiéramos analizar todas las señales que nos da la vida para darnos cuenta de que las cosas no van a salir bien, el mundo sería un lugar más alegre, por ejemplo: cuando uno se levanta y pisa sus llaves de manera violenta, luego, al bañarse casi se resbala y camino a la oficina, cuatro taxis y un microbús casi chocan el auto, uno podría ver que la vida no quiere que uno viva ese día, pero el ser humano es obstinado, y aún con señales tan claras, decide ir a trabajar, sólo para enfrentarse con más problemas y desear no haber vivido ese día. Ver el final de un episodio nuevo de Batman es una señal.

Al cabo de más o menos una hora, James al fin llega a tu casa.

-¿Qué onda goey?, perdón por tardarme, pero goey, no mames, qué tráfico.

-Sí, supongo que estaba hasta la madre el tráfico de un viernes por la noche a través de exageradamente cuatro kilómetros en calles que sólo tú y yo conocemos, digo, es normal que de repente toda la puta población de todo el puto Distrito Federal se diera cuenta de que la centralización es mala idea y decidió venirse a vivir por acá a la orilla.
-No hay pedo.

-Oye cabrón, me permites usar tu baño, es que como que me hizo daño algo que comí en el camino.

-A huevo, si bien que te conozco hijodetuputamadre, seguramente pasaste a los pinches tacos y no me avisaste, maldito perro culero, pero no importa, hay un Dios que todo lo ve, ¿y sabes qué?, ese Dios es vengativo y al igual que nosotros, su creación, que fuimos hechos a su imagen y semejanza, se divierte con la diarrea.
-Pásale, ya sabes dónde está.

Pasan los minutos y James no sale del baño, pero al salir parece que se cayó en un embarque de Axe, pues su olor corporal destila desodorante barato por todas partes, al grado que no puedes ubicar qué es lo que te provoca la migraña que estás sufriendo, si la combinación del olor a Axe con excremento humano o el hecho de que estás a punto de ir a un antro con alguien cuyo I.Q. es menor a la talla de su camisa.

-Oye goey, me puse tantito Axe, espero que no haya pedo.

-¿Tantito?, define “tantito” cabrón, no mames, ¡te acabaste toda la lata!... si tu concepción de tantito es tan magnífica regálame tantito dinero ¿no?
-No te preocupes.

-Por cierto, creo que tapé tu baño.

-Infeliz hijo de la mierda que acabas de cagar, espero que tu hocico con el que le mamas la verga a tus tres pendejos amigos pueda hacer un buen vacío porque ¿adivina qué voy a usar para sacar el mojón que acabas de dejar en mi baño?
-Pérame, voy por la bomba.

-Chingón, bueno, en lo que la destapas voy a asaltar tu refri.

-No, no necesito ayuda, no te preocupes, adoro bombear las mierdas de mis amigos, no sabes, para mi una experiencia religiosa... como la flagelación...
-Sírvete

Tras unos largos momentos, en los que te preguntas cómo es que alguien tan delgado y blanco pueda ser capaz expulsar el brazo de Will Smith por el ano, la situación parece calmarse, pero no es verdad, todo esto, es la vida que sigue dándote señales, pero nuevamente, es el error del ser humano, que en su obstinada manera de ver las cosas desde un lado positivo, mantiene el estúpido ideal de que las cosas pueden mejorar de un momento a otro, pero como dije antes, es sólo un gran error que ha sido infundado en nuestros cerebritos por culeros como Carlos Cuauhtemoc Sánchez y Miguel Ángel Cornejo.

-Oye goey, había una Maruchan fría en tu microondas y me la chingué, ¿no hay pedo?

-¡Me lleva el payaso!, ¿por qué no le puse cianuro?, bien me lo decía mi madre: “Hijo, siempre que no te comas algo ponle cianuro”, originalmente pensé que eso la había llevado al manicomio, pero ahora todo es tan claro, mi madre no estaba loca, era una mujer visionaria.
-Provecho.

-Bueno goey, ya vámonos, porque ya te tardaste un chingo y nos va a costar un huevo entrar.

-¡Qué!, a ver... según yo, que soy un pendejo, neófito, ignorante y poco hábil en lo que a antros se refiere; traer cortesías te permite entrar de una manera más sencilla a la instalación recreativa en cuestión, por lo tanto, no deberíamos preocuparnos por el tiempo que perdí mientras atragantaba a mi pobre inodoro, con la gigantesca cagada que tú le lanzaste y que no conforme con verme con sus hermosos ojitos en forma de semillitas de jitomate, me saludó por más de cinco infinitos minutos, ¿sabes qué?, comienzo a pensar que tu cerebro era café y que éste acaba de encontrar su muerte en el drenaje.
-Órale pues, ya vámonos.

-Chido... oye goey, este... hay un pedo...

-A ver con qué prueba de que el ser humano no es un ente racional me sales ahora cabrón.
-¿Qué pasó?

-Lo que pasa es que mi jefe me prestó la nave... y pus no le dije que me iba a ir de antro, entonces, pus no quiero que le pase algo... ya sabes que me pongo bien pendejo cuando tomo...

-¿Nomás cuando tomas?
-¿aja?

-... entonces, pues, ¿hay algún pedo si nos llevamos tu nave?

-¡Por supuesto que no!, James, querido, hasta me sorprende que tú, que tanto me conoces no estuvieras al tanto de que mi hobbie tras una larga y cansada semana de trabajo en una oficina gris es ser chofer, es más, por favor, llámame “Jaime”, no, no, no, Jaime no; no quiero que en ningún momento te sientas ofendido, porque has de saber, que Jaime es el verdadero equivalente en inglés a James, y cómo tú, a pesar de que te llamas Juan, te haces llamar James, podrías sentir que yo, al llamarme Jaime y ser simplemente un chofer, realmente quiero dar a entender que tú, James, eres sólo un mediocre sin aspiraciones, que se alimenta de las migajas el éxito ajeno porque tiene una mente y una visión de la vida tan limitada como las sílabas en el nombre Juan... mejor llámame... Alfred.
-No, para nada.

Tomas las llaves de tu coche, bajas las escaleras del edificio donde vives y la gran pregunta invade tu mente: “¿por qué chingadamadre estás haciendo esto?”, tú eres una persona que encuentra felicidad mientras ve Batman o Los Padrinos Mágicos en la tele, una persona que se divierte con Jesús Christ Vampire Hunter, que puede pasar horas y horas jugando Scrabble en un café con amigos que saben que “ja” es una palabra... tú no necesitas de un antro para divertirte, tú disfrutas de la plática, de la compañía, del café... nuevamente te lo preguntas: “¿por qué chingadamadre estás haciendo esto?”.

La respuesta a tu pregunta al fin llega después de cuarenta y dos minutos, pero ya es muy tarde, ya estás en la gran fila para que un sucio monito entrenado reciba las llaves de tu coche y lo estacione en algún lugar lejano, esos monitos se llaman valet parkings, quienes a pesar de tener un trabajo pinche, saben perfectamente porque chingadamadre están haciendo eso... por las propinas.

-¿Viene al antro joven?

-No, de hecho es muy gracioso: estaba pasando con mi camisa fiestera y mis mejores zapatos junto con un amigo que huele exageradamente a Axe, vimos a toda esta gente formada frente a una estructura llena de luces de colores y pensé que hubo un accidente y que mis conocimientos como chalán de oficina serían muy útiles para parar una hemorragia cerebral de algún samaritano en desgracia, pero por lo que veo tu caso es de pendejismo absoluto, mal pedo, eso no entra en mis capacidades médicas.
-Sí, así es.

-Órale, son sesenta varos más lo que quiera dejar para el chesco.

Volteas a ver a James.

-Este... voy a hacer fila.

-¡Ting!, ¡ting!, ¡ting!... y ésta es la pregunta de la noche, ¿quién es más hijo de puta?, ¿el cabrón que te pide sesenta varos más propina por estacionar de mala gana tu auto?, o ¿el cabrón que se hace bien pendejo para apoquinarse con el dinero para pagar por el servicio que ofrece el cabrón antes mencionado?
-Ten cien pesos.

En la fila del antro, puedes ver cómo la gente suplica, de una manera silenciosa y según ellos, cool, por el acceso a un lugar, que según la ley de México, es público, pero que por el sobrevaluadísimo caché que implica entrar a atrofiarse los oídos con música pinchona de moda, y pagar más o menos diez veces el valor de bebidas embriagantes, lo hacen. James es una de esas personas, quien en este momento te hace darte cuenta de que sus cortesías son tan imaginarias como la ilusoria idea de que te la vas a pasar bien en este lugar.

Tras un rato en el frío de la calle, te das cuenta de que James no es la llave que te hará pasar al antro, lo cual te deja dos cosas clarísimas, ésta es OTRA cosa para la que James no sirve, y que si no haces algo al respecto, pasarás la noche en la calle luciendo tu camisa fiestera y tus mejores zapatos mientras miras a un pobre simio tratando de llamar la atención de otro simio cuyo trabajo es levantar un cordón forrado de terciopelo.

Te acercas a la entrada, inesperadamente, el gorilón de la entrada te hace caso.

-¿Sí?, ¿qué desea?

-Fíjate qué curiosa es la vida, tenía ganas de pasarme la noche viendo TV mientras me relajaba, pero no, pensé que eso era muy simple para alguien como yo, así que viajé cuarenta y dos minutos hasta acá sólo para consultarlo contigo; por favor dime amo de la cadenita forrada de terciopelo, ¿mi diversión es simplista?.
-Vengo con un amigo, ¿podemos pasar?

-¿Quién es tu amigo?

-El pendejo que está allá atrás saltando.
-El pendejo que está allá atrás saltando.

-Dame un minuto.

-Supongo que piensas que todos los aquí presentes estamos acostumbrados a sentir el frío de la calles, pero no, fíjate que yo no fui a la Universidad de los Bubas, por lo tanto nunca he recibido clases en prepotencia callejera detrás de una pinche cadenita forrada de terciopelo, así que muévete cabrón cagado.
-Chidín.

Tras una espera que fue más allá del minuto que te sugirió el cadenero, al fin, te hace una señal para que tú, junto con tu amiguito James, entren al antro, el cual ahora tras todo lo que has vivido, ya se ganó el adjetivo de pinche, esto me obliga a anunciar que a partir de este momento y hasta el final de este texto, cada vez que me refiera a la instalación lo haré como “pinche antro”.

Justo en el umbral del pinche antro, un par de Bubas te esculcan, no se tú querido lector número tres, pero yo siempre he pensado que esto de esculcarte es un vil pretexto para darle trabajo a maricones y lesbianas que disfrutan de manosear a la gente, también podría ser para evitar que alguien meta armas al lugar, pues supongo que el gráfico letrerote en la entrada que prohíbe la introducción de objetos que puedan poner en riesgo la salud de los asistentes al lugar no causa en todos el mismo efecto que en ti.

Manoseado, torteado y zapeado, pasas a la caja, donde tienes que pagar doscientos cincuenta pesos para, ahora sí, poder entrar a consumir al pinche antro.

El lugar, en general, es oscuro, pero sin pedo alguno puedes identificar las siluetas de un chinguerocabroputamadral de mocosos y mocosas saltando por todas partes al azaroso ritmo de canciones conocidas con arreglos que parecen sacados de lo más profundo de los discos “Now That’s What I Call Music 4”, “Polimarch presenta:” y “Lo mero-mero best de DJ López”, a un volumen estrepitosamente insoportable. En pocas palabras, está más allá del bien y del mal, está de la chingada.

A James parece no incomodarle el ruido (porque lo que suena no es música), tampoco parece incomodarle que cada cinco minutos alguien te empuja porque el lugar está hasta la madre, lo más seguro es que se siente en su casa, la jungla de Madagascar.

Dejas atrás a James quien se divierte de lo lindo en compañía de sus primates amiguitos y te acercas a la barra, necesitas algo de alcohol en tus venas para superar la cruel prueba a la que la vida te está enfrentando, pides un vodka tonic con Absolut.

-Son setenta y cinco pesos.

-¡Por supuesto!, aquí tiene, creo que es un precio muy justo caballero, nomás una pregunta, ¿las chavitas que están bailando sobre la barra a qué hora se encueran para hacer un show lésbico en el que uno puede ser partícipe?, ¿no?... ahhh mire... y yo que por un momento pensé que ya se había salvado de que lo mandara a chingar a su reputa madre...
-Aquí tiene.

De entre las sombras, una silueta se acerca a ti, no, no es James, si fuera él podrías sentir (y oler) su pendejismo. Ésta tiene algo que te incomoda, algo que no te gusta, algo que sencillamente te caga el palo. Es la silueta de tu exnovia. Se acerca, ya te vio, se acerca más, ya te está reconociendo, recuerdas que no viste Batman por meterte a bañar, así que tu entrenamiento para esconderte en las sombras se fue al caño, sin embargo y siendo realistas, esto no hubiera marcado una gran diferencia.

-¿Eres tú?

-(Misterioso) No, soy Batman.
-Sí, qué onda, ¿cómo estás?

-¡No mames, qué pequeño es el mundo!

-No tienes una idea, es diminuto, casi tanto como mi I.Q. en el momento en que accedí venir a este puto agujero del Diablo.
-Sí ¿verdad?

-Goey, ¡es que no creo lo que veo!, o sea, pensé que no te gustaba venir de antro.

-Ahhh, ¡piensas!, órale, eso demuestra que hasta en los lugares más pinches del universo uno puede recibir noticias increíbles. Mira nomás, tras dos años de relación tú te enteras que a veces vengo a estas chingaderas y yo me entero que piensas ¡qué lindo!
-Pues ya ves...

-Goey, no te muevas ni un segundo, quiero presentarte a alguien.

-¿Ya vas a comenzar a usar tus poderes pinche Medusa?
-Sí, yo aquí te espero.

No sabes porqué, pero algo que obliga a esperar a esa gárgola que tanto te lastimó y que ahora actúa como si fueran los más grandes amigos, probablemente es alguna alineación planetaria, o tal vez es la vida que te castiga por ser tan estúpido al ignorar las diversas señales que te pone para que no hagas algo. Al rato de dos rolas y la misma cantidad de vodka tonics, esta garrapata afresada regresa con un cabrón y otra pendejita.

-Goey, te presento a Roger, mi novio.

-Órale, que chingón es conocer a alguien como tú, fíjate que ya me había cansado de tenerle lástima a la población de Somalia.
-Mucho gusto.

-Igualmente mi hermano.

-¿Mi hermano?, ¿quién te crees para considerarte mi hermano?, con el simple hecho de decirlo me insultas a mi y a mí madre.
-¿También eres del ITAM?

-Sí, estoy estudiando turismo.

-Es cierto, por ahí había escuchado que últimamente La Chingada y Tu Puta Madre se habían convertido en nuevos puntos de reunión para turistas, “mi hermano”, respeto tu visión para los negocios.
-Chidín.

Si por unos instantes pudiéramos callar a todas las personas del pinche antro y eliminar el ruido ese al que le dicen música, tú, tu exnovia, su nuevo pendejo en turno y la pendeja extra que vienen con ellos no cambiarían el estatus de silencio que invadiría el lugar, de hecho, tú y tus acompañantes le agregarían la cereza de la incomodidad a este pastel.

Procuras no ponerle mucha atención a las personas que se te pegaron, y justo cuando se te prende el foco y vas a disculparte para ir a buscar a tu amigo James, éste llega, situación que no sólo arruina por completo tu plan de escape, también agrega un pendejo extra la incómoda ecuación.

Por si todo esto no estuviera suficientemente de la verga, al DJ se le ocurre la brillante idea de poner el tema de RBD, también conocido como la insoportable y ‘taladrosa’ melodía de “¡Y SOY REBELDE!”, el cual mete en un trance estupefaciente a todos los asistentes del lugar que no sólo no la cantan, la berrean cuan chilango que ha vivido mucho tiempo en Querétaro.

Pero no todo está mal, estar en el pinche antro te hace ignorar que tu vecino peruano que tanto odias está disfrutando de dos top models ninfómanas que se topó en el Seven-Eleven.

La rola termina, las gargantas se apagan y los brincoteos cesan, este es el momento preciso en el que puedes disculparte, agarrar de las orejas a James y decirle que él y su puta madre pueden irse contigo en ese momento, o cuando quieran en un taxi, pero escapar de una situación incómoda, como la que estás viviendo en este momento, rara vez es tan simple.

Tu ex toma la palabra...

-Oye goey, ¿ya te había presentado a Lucía?

-Supongo que es una de esas pendejitas simpáticas que gustan del sexo en coches compactos y que al igual que tú, estudia pendejada... perdón... comunicaciones en el ITAM, no te preocupes, no necesitas presentármela, todas son la misma mamada. Creo que a Dios le gustó mucho el molde con la que la hizo, lástima que en vez de usar lodo para llenarlo usó mierda, por cierto... sigo adivinando, está soltera.
-No, no me la habías presentado.

-Pues estudia comunicaciones conmigo en el ITAM.

-¿Walter?... ¿Madame Sazú?... ¿me escuchan?, denme trabajo.
-Órale que padre.

-Por cierto, Lucía, anda soltera ¿Ehhh?

-¡Walter!, ¡Madame Sazú!, ¿me escuchan?, estoy hablando en serio.
-Órale, que padre.

-O sea... goey, está soltera, ¿tú también no?

-No, fíjate que me volví gay tras romper contigo y desarrollé un gusto por los idiotas cagones, fanáticos del Axe que dicen tener cortesías para un antro de moda pero al igual que su cráneo, no tienen nada.
-Sí, ando soltero.

-Pues apúntate goey.

-¿Sabes?, por algún extraño motivo siento que podría estar con dos top models ninfómanas, pero no sé ni por qué pienso esto, tal vez es una locura pasajera nacida a razón de tu obvia maniobra por despegarte de tu amiga y poder ir a escabullirte a follar en los baños más cercanos con ¿Roger?, ¿así se llama o así se autonombra?
-Sí, claro.

La pendejilla genérica número 966574662, nombre código Lucía se acerca a ti, y te trata como si te conociera de años, muy cordial, muy agradable, te toquetea, te cuenta que tuvo problemas con la regla hace un par de meses con su ex y al cabo de un rato, con varias copas extra, rompe en llanto contigo porque según ella, tú sí sabes escucharla y se dice que la quieres... esta situación te recuerda tanto al día en que conociste a su amiga que ahora es tu ex... eso y a uno de esos episodios de Friends que te tentaron a demandar a David Crane y a Marta Kauffman por inspirar su guiones en tu vida.

La noche sigue y ya no escuchas lo que te dice Lucía, no sabes si es su incapacidad para hilar ideas con tanto alcohol viajando por su venas o si tus tímpanos decidieron hacer huelga, el punto es que lo último que supiste de ella es que quiere que la lleves a su casa y que ya es la cuarta vez que te dio el teléfono de su casa y su celular porque quiere salir contigo, por su lado, tu ex y Rogelio (me rehúso a llamarle Roger) ya se perdieron, James... bueno... James está haciendo pendejadas en la pista, y si no lo conocieras pensarías que el alcohol está haciendo de las suyas, pero no, es el estado más natural de su modus vivendi.

El hecho de que Lucía, presa de lo vapores etílicos, ya te pidió que la lleves a su casa, te da el pretexto perfecto para largarte, le avisas a James que de mala cara, acepta (no le queda de otra), los tres salen del pinche antro, le dan el boleto al valet parking y en lo que esperan por tu auto le pides direcciones a Lucía, quien ya decidió que es mejor idea irse contigo a tu casa. Por ti no hay ningún problema, digo, si Dios te pone unas nalguitas en la cara no vas a llorar.

Entre James y tú suben al coche a Lucía, pero hay un problema, esta mujer confunde tu carro con un sanitario y vomita en cuanto la sientan en el lugar del copiloto, obviamente a James le vale verga lo que le pase, después de todo, para él, es tu ligue, por lo tanto no tiene que agarrarla mientras salpica tus mejores zapatos de basca.

Procuras verle el lado positivo a las cosas, por lo menos la guácara cayó afuera del auto, así que sacas un trapo y limpias tus cacles.

Llegas a tu casa, te despides de James quien amenaza a regresar el próximo fin de semana mientras que llevas en brazos a Lucía a tu departamento, conforme subes las escaleras, tratas de hacerla despertar, pero no logras nada, definitivamente hoy no cenará Pancho. Algo que te parece muy gracioso por estar tan fuera de lugar, es que recordaste que tu odioso vecino peruano se llama Francisco, pero decides no prestarle atención y mejor concentrarte en sacar las llaves de tu departamento.

Metes a Lucía a tu recámara y le quitas los zapatos mientras ella te dice lo mucho que te quiere por ser tan lindo (goey). Es una verdadera lástima que las palabras de la ebria Lucía sean tan ciertas, en verdad eres alguien lindo, por lo menos eres lo suficiente como para no propasarte con una mujer que no sabe lo que está haciendo por culpa del alcohol... ¡malditos valores!

Sacas un par de cobijas de tu closet, y te las llevas a la sala, te desabotonas la camisa, llevas tus zapatos al cuarto del aseo para que el olor a vomitada no invada tu hogar, tomas el celular de Lucía por si alguien quiere localizar a su (literalmente) perdida hija y te pones a hacerle zapping a la tele tras poner una Maruchan en el microondas.

La vida, que te ha castigado mucho este día parece que te da una pequeña recompensa, hay repetición de programación en el canal de las caricaturas, y si tus cálculos son correctos, Hi-Hi Puffy AmyYummy, terminará justo cuando el microondas haga Beep-beep-beep indicando que tu Maruchan está lista.

Te acomodas para ver la tele, pero cuando tus asentaderas se posan en tu cómodo sillón, un tono desconocido de celular invade tu casa, es el teléfono de Lucía, lo tomas y escuchas a una desconsolada madre que busca a su nenita, la calmas, le explicas la situación y la madre, hasta eso, muy razonable, te pide que por favor le lleves su niña a su casa.

La dirección de Lucía, hasta eso, no está tan lejos de tu hogar, de hecho está entre tu casa y tu trabajo. Te pones tus tenis favoritas, así como una sudadera, cubres a Lucía y te dispones a bajarla hasta el estacionamiento del departamento.

Mientras bajas las escaleras, dos mujeres muy hermosas, que parecen top models, salen del departamento de tu odioso vecino peruano, pero supones que son sus primas o algo así, ese hombre no puede tener tanta suerte.

Nuevamente, subes a Lucía a tu auto, y mientras la acomodas y le pones el cinturón de seguridad, ella reacciona y te da un tierno beso en la boca, te da las gracias y te dice que en verdad quiere salir contigo otro día a un lugar menos escandaloso.

La idea te parece buena y se lo externas, cierras la puerta y te das unos segundos para pensar: La pendejilla genérica número 966574662, que ahora con cierto cariño llamas Lucía, no está nada fea, de hecho no le pide nada a las primas de tu odioso vecino peruano, y al parecer fue honesta al decirte que te quiere, además besa bastante bien para estar ebria... ¿será una señal de la vida?, sí, seguramente es eso... pero... un momento... mmm... su beso me supo a vomitada... ¡demonios!, ¿cuál es la señal?, ¡conunachingada!

32 comentarios:

Luis dijo...

jajajajajajajajaja

CHTM

Yo nomas berreo con las de Jose Jose, pfffft.

Anónimo dijo...

jajajajajajaja

osea goey!! pues a que antro fuisteeee tipo???

RBD es lo máximo wey, no me habia gustado un concierto tanto como el de ellos en el palacio...es mas, NIN y Audioslave se quedan pendejos ante la perfecta vocalización de la chunda prima del Weymaster (que si me chingaría...pero no deja de ser chunda)

Anónimo dijo...

A VER A VER QUE MADRE PASO CON LA LUCIA???? MINIMO DESPUES DE TANTO VIACRUZIS LE DEBISTE DAR SU DESTAPADA DE CAÑO NO?

Anónimo dijo...

Chale, y despúes?!?!?!??!! que paso chinga...

No mames "el depravado" pura gente fina el wey...pura gente fina...

Anónimo dijo...

"La berrean cuan chilango que ha vivido mucho tiempo en Querétaro."

Jojojojo, no creí que al huevo le gustara Rebelde se ha caido de mi pedestal.

Luis dijo...

Mentira, aqui limpio mi buen nombre:

http://elhuevo.blogspot.com/2005/02/rebelde-uh.html

Calleja dijo...

claro que esta de huevos el post, El Sello Naranja de Aprobación Naranjil Máximo no se otorga nomás porque si a cualquier hijo de vecina que hable mal de RBD...se necesitan juntar muchos aspectos creativos, entrenitivos, chingativos, cagaditivos, absurditivos y muchos otros tivos, asi como demostrar amplio dominio del humor sarcastico y, sobre todo, hacerme reir.

TL dijo...

No manches ...
Quien paga 250 varos por puro gusto (o digusto por que no fue tan de wenas) y luego deja que el otro wey que te invito se haga para que pagues el valett parking.

No manches ... RBD???
jajajaja

Y yo que me quejo de pagar 10 dolares por entrar a un antro... Y hasta eso, si no es de a grapa no voy...

Proxima ves que el pretexto de que vas a buscar a la persona con la que vas te falla diles que vas al bano o que te parece haber visto a alguien que conoces y quieres ver.
Pretextos hay un chingo.

No mames... wakatela de vieja... te beso despues de haber cantado Oaxaca...

Que valiente!

(por aguantarte)

TL dijo...

Oye no, pues eres todo un amor...

llevarla a su casa despues de que te vomito los zapatos (que no fueron zapatos cualquiera), te dio a probar su cena revuelta con lo que tomo en el lugar y es amiga de tu ex-gargola... perdon...ex-novia.

Mis respetos.

JaZzY dijo...

hahahahahahah Amo el humor negro y el sarcasmo!! :D

quiero un "galan" como James! jajajajajajaj

Alejandro dijo...

Y entonces cuando uno creia que su suerte era mala porque a su novia todavia no le baja el agua de jamaica... aparece el Autor y nos dice "chingada madre!, como me gusta oir a rebelde" xDDDDDDDD

No te anguisties, el Seven 11 esta abierto las 24 horas

quack dijo...

excelente post... creo que todos hemos tenido un día así.

"La berrean cuan chilango que ha vivido mucho tiempo en Querétaro."... los conozco... y se como berrean.

Anónimo dijo...

que divertido post...
Just for the record: el equivalente bíblico de James es Santiago, ya sabes, la General Epistle of James es la Carta de Santiago. Los reyes de Inglaterra llamados James son conocidos como Jacobo. Ya otra cosa es que los españoles traduzcan James Bond como Jaime Bond.

El Mulder dijo...

¡No mames!, ¿cuánto te tardaste escribiendo esto cabrón?, te quedo muy chingón, luego cuentas que pedo con la tal Lucía.

Ahh si, y te la pelaste, no lloré con Madagascar.

Calleja dijo...

....neeeeel, no se que sea el equivalente "biblico", pero eso vale madres

James es Jaime
John es Juan
Ferdinand es Fernando
Cristopher es Cristobal
Santiago es Iago (ese si me lo acabo de inventar)
Autor es Author
y
Rebelde es Shit

Xime-chan dijo...

No mames, Calleja recomendó esta página y se ganó mis respetos (la página, no Calleja, jaja). La neta un chingo de gente cree que cuando uno se sienta a escribir tiene que contar cosas totalmente ajenas para mantener el interés de un público que es igualmente ajeno. Qué gusto que a este Autor no le entré el "bloqueo" pues nos perderíamos esta serie de espasmos trágicos-cómicos que hacen que la resignación propia ante la vida laboral y social sea más ligera.

Ah, y lo de la tal Lucía y su rico beso: been there, not nice. Suerte para Pancho la próxima vez.

Anónimo dijo...

si, todos queremos saber q paso con la vieja esa, esa si q no te la perdonamos

orale, nunca cambies, nadie tiene tan mala suerte como tu

¿quien es mas pendejo? ¿el pendejo al q le pasan las pendejadas o el pendejo q se rie de las pendejadas del otro pendejo????

Anónimo dijo...

por cierto

RBD SUCKS!!!! .l. -_- .l.

El Autor. dijo...

Saqué a Lucía de la película Lucía y el Sexo, no sé, por algún motivo visualicé a este personaje como a Paz Vega.

Lucía, así como James, Roger, el protagonista, el cadenero, el valet parking, la exnovia y la historia en sí, es ficticia.

Tal vez ya destruí la fantasía de alguno de mis adorados y queridos tres lectores, pero "La vida detrás del mostrador" de este, su Club de la Paja, que tan amablemente corrige Metatron a través de su "Metatron's Lounge" es una situación exagerada inventada por la mente creativa de su servidor.

-El Autor.

PD: Muchísimas gracias a todos por sus comentarios, esperen la próxima actualización, gracias al naranjil maestro Calleja ya está casi completa.

TL dijo...

Pues asi hubiera sido en la pinche isla de la fantochada yo que tu la mandaba a dormir debajo del puente para que se le quite lo regalona y vomitona...
No manches hasta en la imaginacion se va a CSM.

Anónimo dijo...

Jajajajajaja xD, que mamadas escribes cabron; estuvo largo, pero fue muy divertido...

Lemus dijo...

Tsss, me recordo la ves que no se que pendejo me queria meter a la de ahuevo a un pinche antro culero de la zona rosa por que segun ahi estaban sus cuates... por suerte mi siempre macuarra forma de vestir evito que me dejaran entrar y acabamos en un table.
;)

Alejandro dijo...

Tonses las modelos ninfomanas no van al 7-Eleven???? chale!!! ahora tendre que ir a los Flojoxxos!!!

Anónimo dijo...

Como le haces para escribir tanta estrupidez? es una droga??

Tonio Corona dijo...

jajajaja primera vez que leo alguno de tus posts gracias a que me lo recomendo un amigo, al cual se lo recomendo calleja... con madre!! me dio hueva ver que tanto escribiste... pero una vez que empezo ya valio madre... no pude parar jaja
pues gracias por la sinceridad... pero creo que no debiste haber dicho que tu historia era ficticia... seguro hasta le cortaste la inspiracion al "depravado" cuando ya estaba listo para formalizarse como miembro de este "club de la paja"

PIOTRO MARTINI dijo...

a cabron de 3 lectorsuchos subio a 32 ya vez y tu tanto que lloras y lo curado por una historia inventada que como me cago de risa

homero dijo...

Tambien es la primera vez q leo tu blog, muy buen post...buena imaginación, redacción, manejo del sarcasmo...en fin, todo, pero y a todo esto, q pedo Querétaro? Vives aqui verdad "goey"? Y yo soy chilango q vive en Querétaro, pero no berreo rbd, no mamar...
Saludos...

Calleja dijo...

"me lo recomendó calleja"?? "me lo recomendó un amigo a quien se lo recomendó calleja?"

alguein más cree que deberia recibir comisión?


neh, idiotas los q no leian al autor antes, los he iluminado (coro celestial)

PD: son 50 morlacos por referer.

megaNacou dijo...

vergas, esta bien largo tu post...

ta curadou... jaja, chilou

Xime-chan dijo...

Calleja acepta tarjetas de crédito? Puedo venderte mi cuerpo? Nevermind, insisto que esto es un post y no mamadas. Vale madres si es ficticio, arriba Paz Vega, arriba Lucía y el sexo! Un rayo de sol, oh oh oh

Anónimo dijo...

Bravo Bravo

Muy bien señor unos buenos momentos d risa y los brasos de will smith muy fno exelente muy bueno

Lucas y Lucas dijo...

Cagome de risa cagome de risa...

definitivo imprimiré partes de tu blog cada que vaya a tirar el cake, a modo de homenaje...

no cualquier lectura entra a mi baño...

de MAXIM pa arriba...

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