Muchas gracias a Tamara de Anda, mejor conocida en la blogósfera como Plaqueta, por regalarme un momento de su apretujada agenda para dedicarle unas palabras a este proyecto, aprovecho también para agradecerle por obligarme a leer y escribir más, así como por corregir el chingo de errores que tenía el texto. Por último, pero no por eso menos importante, le agradezco a esta linda señorita por darle a este blog el nombre de El Club de la Paja.
-Deavid Autor.
Introducción
¡Lero lero, yo ya leí el segundo capítulo de Derechos de Autor y ustedes no-oOoOoo! Chale, lo malo es que desde ahorita yo ya estoy en el ácido en espera del tercero, y ustedes todavía no. Bah. Pero ya mero van a leerlo y se unirán a mi sufrimiento. Éjele.
Bueno, pero el capítulo, sí. Miren, yo tengo un problema con los personajes femeninos. Es que, igualito que en la vida real, si están más buenas o son más chidas que yo, les tengo un chingo envidia. Y pinche este güey, me manda un capítulo bien feminista el cabrón, donde aparece una vieja que pa’ colmo es fuerte y madreadora, ¡y yo tan debilucha, que no puedo ni poner un librero (vacío) en su lugar! ¡Maldita!
Tonses ahí estoy leyéndolo, toda ardida y refunfuñando, pensando “pinche vieja, muy chingona, ¿no?, pero de seguro es bien mensa y de seguro tiene una ortografía bien mala y de seguro le apestan las patas y…”. PERO entonces tómela mugre Plaqueta: de la envidia pasé a la empatía y luego a la emoción y a las lágrimas y a la intriga y al ay-y-ahora-qué-pasará y la verga de ocho patas. ¡Del odio a la admiración en tan pocas líneas… y todo por un pinche personaje de ficción!
Ya, ya, no quiero revelarles más de lo que están a punto de leer. Nomás sépanse que está bien chingón.
Sólo tengo una severísima crítica que agregar. No me gusta el atuendo del Metatron. Pienso que el café con negro y verde es una pésima combinación. Solicito que se cambie de modelito para el próximo capítulo. (A ver si no me cae, misteriosa y sospechosistamente, un rayo en la cabezota por andar diciendo estas cosas ¡gulp!)
-Tamara De Anda.
Derechos de Autor
II
Cambio.
El desarrollo del carácter de un ser humano, se dicta por muchos factores individuales que rara, pero muy rara vez son decididos por él. Se puede culpar al destino, a la suerte o a un dios, pero mayoritariamente, la culpabilidad detrás del desarrollo del carácter humano se les avienta, cuán pelotita de hule, a los padres, o por lo menos eso es lo que algunos hijos hacen. Hay casos muy especiales, como el del siguiente personaje, donde los culpables de su terrible carácter, efectivamente, fueron unos padres, pero no fueron sus padres, fueron los de su mejor amigo.
A él lo conoció cuando ambos compartían la inocente edad de los seis años, ambos entraron un mes retrasados al primer año de primaria y curiosamente, lo hicieron el mismo día, ambos recuerdan que la primera vez que se vieron fue en la dirección, también recuerdan que su maestra que los presentó al grupo no fue muy elocuente, y que al final de su introducción, los sentó uno al lado del otro en un lugar apartado del restro del grupo. La maestra era un poco lerda.
Como es bien sabido, los niños, en particular los que tienen más o menos seis años de edad, son pequeños criminales y villanos que aún no están conscientes de ello, pese a eso, se comportan como tales. Carentes de todo sentido común y modales, los niños tienen el don de torturar, y vaya que lo hacen bien, sobre todo cuando su aletargado instinto medieval y oscurantista, es despertado por los dos fenómenos que llegaron un mese después de que el curso comenzó.
No es difícil deducir que ser los raros del grupo, unió mucho a estos dos niños, tampoco es difícil deducir que a pesar de su unión individual, les fue complicado acoplarse al grupo. Lo que sí es difícil deducir es que nuestro personaje, desde su corta edad de seis años, adoraba las artes marciales, y que en ese entonces, como lo sigue haciendo hasta la fecha, las estudia con gusto y dedicación ejemplar. Con esta información ya es fácil volver a sentirnos investigadores privados y deducir que nuestro personaje defendió cientos de veces a su mejor amigo de los abusos por parte de los otros niñatos.
La amistad entre estos dos infantes creció mucho, y como todos los niños, que a pesar de no saberlo identificar, se tenían cariño. Sus padres estaban contentos, sus hijos nunca habían sido muy sociales que digamos y parecía que al fin estaba cambiando a sus amigos imaginarios por reales.
El tiempo pasó y poco a poco, los niños se percataron de que su amistad, era un mutuo interés del uno por el otro. Eran felices, aprendieron a compartir sus conocimientos, a ayudarse y a cuidarse. Cuando eran vacaciones, se las ingeniaban para quedarse en casa, o para convencer a sus padres de ir al mismo lugar y “casualmente” encontrarse en algún punto turístico. Cuando se separaba, estaban intranquilos, pensando si su mejor amigo ya había encontrado a alguien más, pero sus corazones se tranquilizaban cuando se encontraban nuevamente y aclaraban que el puesto de mejor amigo no tenía ningún cambio.
Durante seis años fueron felices, pero entonces, una sorpresa llegó. El día de su graduación de la primaria, el mejor amigo de este personaje, aquel que había protegido de tantas golpizas, del que no se burló cuando llegó con sus lentes en tercero de primaria, ese con el que se tardó tres semanas enseñándole a romper tablas como lo hacen en las películas, no estaba,
Ese amigo especial, su mejor amigo, con el que entró a la primaria el mismo día, no llegó a la graduación.
Tuvieron que pasar cinco largas semanas para que supiera qué le había pasado a su mejor amigo, éste se había ido a vivir a otro lado con su madre, pues su padre, había muerto.
Ese día sintió furia y tristeza como nunca antes, no entendía por qué su padre tenía que salir de viaje ese día, tampoco entendía cómo fue que esa viga cayó justamente cuando él pasaba por ahí, no comprendía por qué su madre se lo tenía que llevar a otro lado, pero sobre todo, nunca comprendió la razón por la cual lo sigue extrañando y lo pero, su mejor amigo, no estaba ahí para darle un consejo.
Cada persona asimila las malas noticias de diferentes modos, y en muchos casos, el subconsciente relaciona un momento traumático de la vida con alguna situación u objeto, y en el caso de este personaje, son las sorpresas. Antes, cuando estaba con su mejor amigo, las adoraba, de hecho compartían un gusto mutuo por ellas, y cada que podían buscaban la manera de sorprenderse, a veces con una broma, otras con un susto, pero casi siempre con regalos y cartas. Tal vez es por eso que ahora las odia tanto, y probablemente también es por eso, que procuró dedicarle más tiempo a sus estudios de artes marciales. La única sorpresa que aquí te puedes llevar es saber que has mejorado y que por eso te van a dar una cinta de otro color.
Día tras día ha llevado su vida de un modo rutinario, pero a veces siente que es más rutinario que de costumbre y por eso fue que un martes, mientras disfrutaba de un café americano, decidió que era buena idea romper con la rutina y tomarse otro café la próxima semana.
Un día mientras se tomaba su café, se dio cuenta de que tomar café todos los martes era seguir una rutina, pero no le importó, siguió haciéndolo. Todos los martes, después de sus clases de kung-fu, se dirige a la misma cafetería y se toma un americano con dos de azúcar y una crema. Hoy es uno de esos días.
Con su café en mano se dirige a casa, mientras camina, se pregunta qué le pedirán en su odioso trabajo. Lo odia porque siempre hay sorpresas. Odia las sorpresas. Sigue caminando hacia su casa, desvía su mente de su trabajo, prefiere recordar que hoy le rompió el brazo a un novato, no le gusta romperle huesos a la gente, pero a veces la satisfacción de un buen tronido de hueso, es buena como catarsis para sus problemas. Llega a la entrada de su departamento, odia a Luis, el fulano que según él, cuida la entrada de la casa. Luis, qué patán, siempre le lanza esa mirada que tanto detesta, si no fuera por los problemas que le acarrearía, lo sacaría del cuchitril ese donde tiene su pequeña televisión blanco y negro, y partiría la cara.
- Buenas tardes – le dice de una manera apática y apagada al guardia mientras acelera el paso. Lo último que sea es pasar un segundo más frente a él.
- Muy buenas las tenga – le contesta al área de sus caderas, lugar del que no quita su mirada y tas un suspiro, continúa -, y mejor las pase.
- ¿Sabe Luis? – se detiene frente a la caseta de vigilancia, toma su café y violentamente lo posa sobre el mostrador – He vivido aquí por más de cuatro años y nunca se lo había dicho, pero hoy ha sido un buen día y no me lo va a arruinar – se levanta las mangas de su sudadera y se truena los dedos –. Odio, y entiéndame bien, detesto que me mire a las caderas, ¡lo detesto!
- Pus no me diga que se le ofenden.
- Sí – mueve la cabeza de lado y clara, pero sutilmente, como la alarma de un reloj digital, se alcanza a escuchar cómo se truenan los huesos de su cuello -, se ofenden muchísimo, y creo que es hora de dejarlo claro.
- Chale, ¿pos qué?, ¿no me diga que se quiere ‘peliar’ conmigo señorita Schultz?
- No, sería una pelea si supiera que puedes defenderte, y créeme hombrecito, no vas a defenderte
- ¡Pus por supuesto que desde duelo que claro que nel! – lanza una carcajada al aire – yo nomás le pego a mi mujer y eso es porque es tan fea que parece hombre.
Al igual que la mayoría de quienes lo haces, Luis no sabe que acaba de decir una estupidez, no obstante, a diferencia de una estupidez fuera de contexto, la reacción de ésta es predecible. Puede sonar descabellado, pero una de las características de una estupidez contextualizada, es que tiene una naturaleza educativa.
Luis aprendió, que es una pésima idea expresar su gusto por golpear a su esposa, que Sandra Schultz, la dueña de ese hermoso y bien torneado trasero, que tantas veces había guiado su mano a su cremallera, sabe infligir dolores que él nunca había experimentado, que cuando su mano está a punto de ser separada de su brazo, la sinceridad en su voz al hacer una promesa es importantísimo, que un rasguño no es efectivo cuando éste se da por casualidad mientras un puño se impacta repetidas veces contra su cara en una rutina que termina con un fulminante golpe en el plexo solar. Pero lo más importante, Luis sintió y comprendió, lo que es el temor por el sexo opuesto cuanto éste golpea duro, muy, muy duro.
- ¡Promete que cuando entre mirarás al suelo rata inmunda! – le exige Sandra a Luis mientras impacta la próximamente inflamada y morada cara de Luis en el mostrador de la caseta de vigilancia.
- ¡Lo prometo! – grita Luis.
- No te escucho basura – Sandra aplica presión al brazo de Luís y él siente que se lo va a arrancar, esto es natural, pues no sabe nada de artes marciales, e ignora que falta mucha presión más para que esto suceda, Sandra lo sabe perfectamente.
- ¡Arrgh! – el dolor no lo deja hablar correctamente - ¡Lo juro! ¡Lo juro por mi madrecita santa!
- ¿Madrecita santa? – a Sandra le causa mucha gracia cómo los hombres comienzan a usar diminutivos cuando están completamente indefensos y son presas del dolor - ¿Tu madre es mujer verdad?
- ¡Síiii!
- ¿La respetas hombrecito? – en este momento Sandra se percata de otra recurrencia de los hombres cuya virilidad acaba de ser aplastada, arrastran las palabras - ¿Le pegas a ella?
- ¡Nooo!
- ¡Júralo! – Un patán como éste que le pega a su esposa le ha pegado por lo menos una vez a su madre y Sandra no está aquí para castigar, está para educar con su mejor maestro, el dolor.
- ¡Lo jurooo!
Cuando un ser humano hace muchas cosas malas, como pegarle a su pareja, o a su madre, su conciencia no deja de perseguirlo y de recordarle que ha hecho algo mal. A veces, la carga de conciencia es tan pesada, que puede causar insomnio, falta de apetito, incluso puede afectar el deseo sexual. En su búsqueda por deshacerse de esta carga, el ser humano busca una salida, Muchos lo hacen acudiendo a la religión. De entre muchas otras cosas que los seres humanos ignoran, está el hecho de que los dioses tienden a estar muy ocupados con cosas más importantes, como la lucha de poderes entre ellos y haciendo creaciones, así que no le prestan mucha atención a las personas que están implorándoles perdón.
Por esta razón, los seres humanos, han creado algo llamado teología. A través de la teología, lo hombres intentan comprender a seres absurdamente poderosos o imaginarios. Cabe resaltar que éstos últimos, tienden a ser los más populares.
En un afán de mostrar resultados de los estudios teológicos, los humanos han llegado a la conclusión de que algún día, todos hemos de ser juzgados, pero que mientras ese día llega, todos seremos perdonados. Sí, es tan contradictorio que parece incoherente, es por eso que aquellos que no se dedican a los estudios teológicos prefieren entender lo que más les conviene, que en la mayoría de los casos es “si te arrepientes ya chingaste”.
Una de las cosas que le ha enseñado la vida a Sandra acerca de los patanes, es que si quieres sacarles algo realmente importante, sólo hay que anteponer su religión. A veces, no es suficiente, pero eso se arregla fácil, sólo hay que aplicar un poco de técnica y fuerza bruta en cierto puntos, cosa que ya está haciendo con Luis, ahora sólo falta la religión. Desde hace tiempo que Sandra había visto una estampita de La Virgen de Guadalupe en la caseta de vigilancia.
- ¡Júralo por La Virgen de Guadalupe!
- ¿Qué que?
- Escúchame bien escoria – Sandra empuja el brazo derecho de Luis hacia su espalda, en un rápido movimiento, toma su hombro y lo voltea, para posteriormente tomarlo por el cuello de su uniforme con ambas manos. Si hay algo que Sandra adora es ver el terror en los ojos de un hombre que está a punto de mojar los pantalones -. Quiero que me jures, por la Guadalupana, que nunca volverás a verme el trasero ni a mí, ¡ni a ninguna otra mujer! – en otra situación, a Luis le hubiera encantado que Sandra acercara su boca a la suya, pero en este momento, no hay pensamientos lujuriosos en él, de hecho está concentrándose en su cálido y mentolado aliento -. Quiero que me jures que no volverás a golpear a tu esposa o a tus hijos y mucho menos a tu madre, ¿entiendes?
- ¡Siiipiii!
- ¡Júralo o te...!
- ¡Dios Santo! – exclama una hermosa mujer que va entrando por el portal del departamento -. ¿Sandra, qué estás haciendo?
- ¡Señorita Glaaadis! – grita Luis – ¡Por favorcito, quíteme a esta loca de encima!
- ¡A quién llamas loca hombrecito! – Sandra ya no está enojada, de hecho dejó de estarlo tras la secuencia de golpes iniciales que le dio a Luis, aun así, le gusta fruncir el seño y actuar como si la furia la poseyera cuando está intimidando a un hombre, y en el caso de Luis, había esperado por cuatro años, suficiente tiempo para practicarla - ¡Dime mugre! ¡Quién está loca!
- ¡Nadie!, ¡Naaadie!, ¡Señorita Gladis, por favorcito, dígale que me deje!
Gladis observa detenidamente a Sandra. Ha vivido con ella por dos años y a sabiendas de lo mucho que odia las miradas de Luis, intuía que este día llegaría tarde o temprano.
- ¿Estás haciendo esto porque te miró el trasero? - Le pregunta Gladis a Sandra sin prestarle mucha atención a Luis.
- No, podría haber aguantado un par de días más – Sandra toma un respiro y suelta a Luis -. Después de todo, ya me voy a largar de este piojero.
Luis intenta correr hacia la parte de atrás de la caseta, pero Sandra alcanza a tomarlo por el cuello, lo aprieta y Luis cae de rodillas.
- Espera Güichito, todavía no termino contigo.
- ¡Ya déjeme Sandrita!
- ¿Sandrita?, ¿a quién le dijiste Sandrita gusano? – Le da un apretón al cuello de Luis.
- ¡Arghhh... nadie!
- ¡Así me gustas!, flojito y cooperando – Sandra se acerca a su oído. Como parte de la tortura educativa a la que está sometiendo a Luis, Sandra enternece su voz al grado de sonar sexy -. ¿Te gusta así, o más suave, galán? Mmm... tu cuello bebé... mmm... me encanta cuando está tan rígido.
- Ya déjalo Sandra – Gladis abre su bolsa y saca unos cigarros -. Yo creo que ya aprendió a no mirar culos ajenos. Saca su encendedor y prende uno de sus cigarrillos.
- ¡Ya, me cae que ya aprendí!
- ¡Ni madres! – lo interrumpe Sandra – ¡Yo diré cuando hayas aprendido tu lección!, y para eso querido, sólo tienes que jurarme por La Virgen de Guadalupe que no volverás a verle el culo a ninguna mujer, que no volverás a golpear ni a tu esposa, ni a tus hijos, ni a tu madre.
- No mames – comenta Gladis – ¿golpeaba a su madre?, eso no se vale, ¡sigue surtiéndotelo Sandriux!
- ¡No, no máaas! – el dolor que experimenta Luis en ese instante y el que su cuerpo le garantiza que experimentará en cuestión de horas, es suficiente para que decida jurar por lo que más respeta con tal de que la pesadilla termine - ¡Lo juro!, ¡lo juro!
- ¡Qué juras chingadera! –Sandra vuelve a apretar su cuello, esta vez, sin explicarse porqué, con más fuerza y rabia - ¡Qué juras infeliz! – lo empuja hacia el suelo, Luis apenas alcanza a meter su mano izquierda, que no está tan lastimada para no irse de cara contra el piso.
- Juro no volver a verle el culo a las mujeres, y juro no volver a golpear a mi vieja, ni a mis chamacos, ni a mi madrecita.
- ¡Por quién lo juras! – Le arremete una patada en el trasero.
- ¡Por La Virgen! – Luis Rompe en llanto - ¡Por la virgencita!... ya... déjeme.
Sandra satisfecha mira a Gladis, quien con su cigarro en la mano, mira la correspondencia.
- ¿Ves Gladis? – dice Sandra con una postura orgullosa – Los hombres no son tan fuertes como se dicen ser.
- Eso ya lo sé – responde Gladis -. Pero yo prefiero demostrármelo de otras maneras – toma un paquete de cartas y pone el resto al lado -. ¿Ya podemos irnos?
- Claro, ¿ya tienes nuestra correspondencia?
- Sí – contesta Gladis -. Nos vemos nene – le dice a Luis.
Luis, aterrorizado, frustrado y humillado sale corriendo a esconderse en su caseta.
- ¡Hombres! – exclama Sandra - ¿Quién los necesita?
- Yo – responde Gladis con un tono coqueto.
- Ay Gladis...
Las dos hermosas chicas se ríen y se dirigen a su departamento, mientras suben las escaleras para llegar al tercer piso, Gladis mira la correspondencia, una carta llama su atención.
- Mira Sandriux, te mandaron una carta – Gladis toma el sobre y se lo da a Sandra.
- Seguramente alguna invitación para un torneo – No le presta atención a la carta y sigue subiendo las escaleras.
- ¿Por qué no entras a algún torneo?, he escuchado que los premios son buenos.
- No me gustan, tanta gente me pone nerviosa.
Ambas chicas llegan a su departamento, el 3-A, es fácil reconocerlo porque en la entrada hay un gran corazón de papel que hizo Gladis hace un año que dice “Depa de las chicas más sexys del mundo”. A Sandra nunca le ha gustado ese corazón, pero Gladis jamás le ha causado problemas, así que procura ignorarlo.
A pesar de que Gladis y Sandra tienen maneras diferentes de pensar, se llevan bien. Esto se debe a que Gladis trabaja de noche en table dance bajo el seudónimo de Gladiola, por lo tanto, Sandra puede dormir tranquilamente a sabiendas de que su compañera de cuarto no hará ningún ruido durante la noche y que su empleo es lo suficientemente redituable como para tener su parte de la renta a tiempo cada mes.
Por su lado, Gladis es una persona honesta cuyo único vicio es el cigarro. A pesar de su trabajo, tiene grandes expectativas de la vida, quiere ser modelo, cantante o actriz, y sabe que no lo logrará si se acuesta con todos los idiotas que se lo proponen, o con aquellos que creen tener el suficiente dinero como para comprarla. Pero ella se ha puesto un precio muy alto, y es sentir cariño, monto que hasta la fecha, nadie ha podido pagar en donde trabaja.
- Nunca he entendido por qué te pones nerviosa con la gente – dice Gladis mientras abre la puerta del departamento.
- No lo sé, sencillamente no me gusta – responde cortante Sandra.
- Está bien, no te enojes Sandriux, es sólo que no le veo lo difícil.
- ¿Podrías apurarte a abrir la puerta? – Sandra está notoriamente incómoda con la plática.
- Sí... claro – reconoce el tono de voz que Sandra está usando, es parecido al que usó el día que quiso sorprenderla comprando un nuevo refrigerador, así que se apresura en abrir la puerta.
- Qué día tan largo y extraño, no quiero ir a trabajar – Sandra intenta cambiar el tópico mientras entra al departamento.
- Sí, muy raro... oye... hoy es martes ¿verdad? – Gladis siente que algo le falta a Sandra quien se dirige a la cocina para abrir el refrigerador y buscar algo para beber.
- Sí, ¿por qué?
- ¿Y tu café? – pregunta intrigada Gladis al mismo tiempo que se quita los zapatos y cierra la puerta.
- ¡Mi café!, ¡demonios!, lo dejé cuando estaba golpeando a Luis – toma una lata de Red Bull y la abre.
- Con razón – Observa a Sandra de pies a cabeza -. Ya decía yo que te faltaba algo hoy.
- ¿Por? – Le da un sorbo a su Red Bull.
- Pues es que desde que te conozco tomas café los martes.
- ¿Eso qué quiere decir Gladis? – el tono de voz de Sandra, que ella misma ya había relajado, vuelve a ser serio y cortante - ¿quiere decir que mi vida es repetitiva?
- No Sandra, es sólo que...
- ¿Qué? – interrumpe Sandra quien de golpe se termina el sobrante de su lata -. ¿que no estoy dispuesta a tomar riesgos?
- No linda... – Gladis comienza a preocuparse y sutilmente se dirige a su recámara sin perder de vista a Sandra – No me malentiendas.
- Mira Gladis, yo siempre te he respetado...
- Y te lo agradezco infinitamente – certeramente agrega Gladis.
- Lo único que exijo a cambio, es lo mismo, respeto.
- Y lo hago, es sólo que me pregunto cómo es que una chica tan valiente, preparada e inteligente como tú, le tenga miedo al público, o sea, mírame a mi, daría lo que fuera por tener tus cintura nena, y por... por saber defenderme de un hombre como lo acabas de hacer con Luis, y tener estudios universitarios como tú, y aun así, no me da miedo quitarme la ropa frente a un montón de extraños.
Cuando una persona miente, su voz la delata, algunos están entrenados para no delatarse mientras dicen una mentira, pero son realmente pocos los que lo hacen, Gladis no es tonta, pero no sabe mentir, y lo que acaba de decirle a Sandra es algo muy sincero, tanto, que logró tocar una fibra sensible en el subconsciente de su amiga, quien le da la razón. Sabe que los premios en los torneos son cuantiosos, y que viajaría por todo el mundo gratis, pero sobre todo, sabe que podría ganarlos. Sin embargo, la gente le da miedo, ella dice no saber la razón, pero Sandra, a diferencia de Gladis, sí sabe mentir, porque en verdad, sabe perfectamente la razón de su temor a la gente. Es simple, fácil de deducir, es porque no quiere llevarse una sorpresa con el público.
- No tienes una idea de cómo te envidio, Gladis... – camina hacia la sala, se sienta en uno de los sillones, se quita sus tenis con cuidado y con voz quebradiza agrega -. Eres más segura de lo que crees que soy yo.
- ¡Corazón! – Gladis siente ternura por la vulnerabilidad que muestra en sus palabras su Sandriux, su guerrera favorita -. No digas eso nena.
- Es sólo que a veces no me entiendo... no me comprendo y eso no me gusta ¿sabes?
- Te entiendo nena – camina hacia la sala y se sienta junto a ella -. Pero siempre hay una oportunidad para hacer un cambio.
- Un cambio... – desde hace tanto que esa palabra le trae tan malos recuerdos – es curioso Gladis...
- ¿Qué?
- Durante todo este tiempo, nunca le he tenido miedo al dolor, por eso practico tanto...
Gladis guarda silencio y enfoca toda su atención en Sandra.
- Nunca he temido a que me rompan algo... – continúa - ¿te acuerdas cuando llegué con el brazo roto?
- ¡Claro!, me metiste un sustote.
- Al día siguiente, quería ir a entrenar, pero el maestro no me dejó.
- Yo tampoco te hubiera dejado – agregó.
- Pues qué bueno que no eras tú, porque aún con el brazo roto le rompí la cara a mi maestro, por eso es que ya no puedo practicar judo.
- Eso no lo sabía.
- El punto es que hay dolores que todavía no sé enfrentar.
- Te comprendo nena – la abraza -. Te comprendo...
Sandra abraza a Gladis, pero no llora, es muy fuerte para llorar. Además, siempre ha pensado que sólo llorará el día que pueda hacerlo de una manera más patética y humillante que un hombre, y por más que lo ha intentado, nunca ha podido imitar el simpático gimoteo de un macho que quiere aguantar su llanto. Sin embargo, al tener encima los brazos de Gladis, algo le hace “clic” en la mente, ella no está sola, hay alguien que la acepta, alguien que quizá piense diferente que ella, pero que a pesar de todo, sigue a su lado, apoyándola, aguantándola. Hace tanto tiempo que no se sentía así, que una lágrima, sólo una lágrima se escapa de sus azules ojos.
- ¡Gladis! – Exclama con singular alegría Sandra.
- ¿Qué pasó chamaca? – Gladis se levanta de golpe y le quita los brazos de encima, sabe que Sandra está un poco ofuscada y no quiere salir volando por los aires.
- ¡Pásame esa carta!, voy a entrar a ese torneo.
- ¿En serio?
- ¡Claro!, voy a entrar y voy a ganar.
- ¡Esa es mi guerrera! – Gladis salta del sillón y corre por la carta, la toma y tras aclarar su garganta, lee el remitente -. Veamos... la manda el Sensei Metatron Rickman – en el rostro de Gladis se dibuja un seño contorsionado y extrañado, mientras que el de Sandra palidece -. ¿Rickman?, que chistoso nombre, siempre pensé que los nombres de los senseis eran algo así “Tachidito”, “Chinchulín”, “Masters” o “Splinter”.
- Rickman... – dice Sandra con la mirada perdida.
- ¿Lo conoces?
Sandra guarda silencio absoluto por unos instantes, ella juraba que nunca volvería a escuchar ese nombre en su vida. No tarda mucho tiempo en darse cuenta de que algo que ella creía imposible... es todo lo contrario.
- ¡Rápido mujer!, ¡abre la carta! ¿Qué dice?
- ¡Voy, voy! - apresuradamente, Gladis abre la carta.
- ¿Qué dice mujer? – Sandra salta del sillón y corre al lado de Gladis.
- Es una dirección... Avenida Linda Sonrisa #27 Interior G-201... qué raro.
- ¡Qué!, ¡qué es raro!
- Ahí es donde yo vivía – responde Gladis.
- ¿En ese departamento?
- No, yo vivía en el mismo edificio, pero en el 404.
- ¿Te acuerdas quién vivía ahí? – Sandra no puede contenerse – ¿era un sujeto alto, pálido, con voz deprimente y que siempre usaba una sudadera de cuello de tortuga verde, un saco café, pantalones y zapatos de vestir negros?
- Nooo – contesta Gladis al mismo tiempo que la mira como si fuera una obra de arte expresionista.
- ¿Entonces?
- Estoy tratando de acordarme – camina hacia el comedor, jala una de las sillas y se sienta -. Definitivamente no es alguien que llene tu descripción, de hecho me acordaría... mmm... no lo sé, yo siempre llegaba en la mañana, tú sabes, por el trabajo.
Sandra se acerca a Gladis y lee la dirección de la carta.
- Avenida Linda Sonrisa #27, eso está a tres o cuatro cuadras de mi nuevo depa – corre hacia el sillón y se pone sus tenis.
- ¿Qué haces?
- Voy para allá, es algo muy importante.
- ¡Espera!
- ¿Qué?
- No creo que puedas entrar.
- ¿Por qué?
- Si sigue el mismo portero... créeme no vas a poder entrar.
- ¡Ay no mames! – responde Sandra – Hasta parece que no viste lo que acaba de pasar a Luis.
- El de ese departamento es diferente, por lo menos es más fuerte que Luis, ¿ves nuestro refrigerador? – lo señala – El que dejé allá era del doble de capacidad y lo levantó él solito.
- ¿Y qué? No voy a jugar fuercitas con él, además, conozco Avenida Linda Sonrisa y no es un lugar para millonarios, así que no veo por qué se pueda poner pesado.
- Créeme – reitera Gladis - se puede, y te aseguro, que se pondrá pesado.
- ¡Tengo una idea! Me acompañas, y le dices que trajiste a una amiga para bajar el refrigerador.
- Mi vida, lo dejé hace dos años.
- ¡Un refri es un refri!
- No, la verdad no tengo ganas de regresar a ese lugar, todo mundo ahí pensaba que era una puta y que me acostaba con el casero y con el portero... – la cara de Gladis se ilumina como si fuese Arquímides a punto de decir ¡Eureka! - ¡Ya me acordé!
- ¿Qué?
- Ya recordé a mi vecino del 201, él era el único que no me trataba como puta, su nombre era Dennis... Denid... Era un nombre raro.
- ¿Raro?
- Sí, y su apellido... Arturo... Autista... Dennis Atron.
Como si una gran bola de hielo se metiera en su entrañas, Sandra se congela y su color desaparece, pero en esta etapa en la que siente un frío polar en su interior, una pequeña sonrisa se dibuja en su rostro y apenas con un suspiro alcanza a decir:
- Deavid Author.
- ¿Qué dijiste changa?
- Deavid Author... – Una alegría que hace mucho tiempo no había experimentado llena cada célula de su cuerpo, el color regresa a su rostro y la adrenalina que por su cuerpo fluyó mientras “educaba” a Luis no es ni la décima parte de la que fluye en este instante -. ¿Deavid Author?
- ¡Ándale!, ese mero, es un chavo muy antisocial, muy raro... ¿lo conoces?
- ¡Es él!
- ¿Quién?
- Un cabrón que nunca se despidió de mí.
- No te entiendo Sandriux.
- ¡No importa!, te explico en el camino, vamos.
- Pero...
- ¡Vamos!
Parece que al fin ese niño que no llegó a su graduación de la primaria, y esa niña que siempre lo salvaba de las continuas golpizas se van a reencontrar, un cambio agradable para la joven y talentosa Sandra Schultz. Sin embargo, una de las cualidades del cambio, es que a veces trae consigo cosas tan espectaculares, que olvidamos algunos detalles del mismo. En el caso de la señorita Schultz, olvidó que fue Metatron Rickman quien mandó la carta, un hombre que Sandra conoce muy bien, lo suficiente como para ser lo único a lo que ella teme.
36 comentarios:
No he leido el post pero queria ser el primero en comentar.
Puto quien comente a continuacion :D
He dicho.
Ahhh que chingonada, sigue Autor, esto se pone bueno.
Pd. P U T O el que escribio antes que yo y no leyo nada.
He escrito.
aaayyyy puto, ahora si me quede en suspenso, venga el capitulo III yaaaaaaaaaa!!!
Pinche Author, eres la Ostia cabrón!!! Me quedé en suspenso con la primera parte y para serte sincero, pensé que no habría continuación...hoy leo la segunda parte y quedo aun mas "suspendido" (ah cabrón ya me inventé este termino) que la anterior. Carajo, es que no mames, como dice Synthetic, esto se pone bueno cada vez, no se de donde coño sacas todo, vamos, el tiempo que te lleva construir la historia, luego coordinar y entrelazar, tu sabes, la manera como escribes, en fin, estaremos aqui al pendiente de la parte III. Saludos!!!
buaaaaaaaaaaaa ahora viene la angustiante espera :(
esta buenisimo!
no mames autor! esta bien chido!. Naaaaaa no lei ni madres, esta de hueva, pero me imagina que esta chido, en fin...
Sandra es mi hit XDDD
chale pana, ahora si te estan quedando estas poniendo pura madre que esta pal perro, pero bueno, no puede estar peor que lo de mi blog
Pinche Autor..te quedo excelente esta segunda parte...pinche angustia de esperar el siguiente capitulo..solo hay un pelo en la sopa..caceta no se escribe asi, se escribe caseta.
Esto es como Megatokyo meets the O.C.
Este wy del autor esta bien para hacer una segunda parte del libro de el Codigo Da vinci je je je
Me gusta la metrica que usas Deavid... Un poco sencilla pero compleja al mismo tiempo... La fluidez con que manejas la palabras es algo que muchos buscamos y que poco a poco conseguimos, pero en tu historia se mezcla de una forma bastante peculiar. Además, manejas el pasado de tus personajes tan sencillamente que al "meterlos" en el presente fuera como si te hubieran contado tanto de ellos por mucho tiempo. Saludos.
Aaah excelente, a mi gusto ha superado al primero, y si, no puedo esperar a que salga el siguiente, por cierto, más puto el que escribió el comentario número 17..... (douuuh!!!)
DEVERAZ EXISTIRA UNA VIEJA ASI COMO ESA SANDRA? QUE ESTE BUENA Y APARTE AGRESIVA PELEADORA? DIME DEAVID EXISTE O SON SOLO FUMADAS TUYAS?
...¿Yo aquí? suena raro y llegue de casualidad.
Debo admitir que es lo primero que leo de tí, y quiero felicitarte, me gusto mucho tu forma de escribir y de mantener el interes del lector. Espero que sigas así.
Un saludo.
pinche saku vete a chingar a otro blog lo ultimo que nesesitamos en el club de la paja es una pinche chamaca mimada que pide a gritos atension
la neta estas muy fuera de lugar en este blog y se nota que como siempre solo pones pendejadas para llamarla atension de la gente
ya le diste publicidad a tu chingadera de bitacora chido ahora largate y promete nunca regresar
Se escribe atención, y es "llamar la atención."
Brevario cultural.
Sí cabrón, es "llamar la atención" (nótese que el mío no es breviario cultural), y Saku mira nomás que bonito lo haces.
-Deavid Author.
¿Si verdad? Pero qué curioso, a los que más les molesta, son los que más me prestan atención.
Ya puedo estar tranquila de saber que cumplo con mi meta.
Kuanta razón tenía plaketa...
ya andamos necesitando la siguiente parte de Derechos de Autor
y sigo votando por el primer kapítulo... este por más tiene algo ke no me llama (fuera de unas cuantas comas fuera de lugar)
Saludos D.Author
HEY AUTOR PRESENTANOS A SANDRA NO SEAS EGOISTA
eeeee este no entiendooo(un hilito de baba sale por la comisura izquierda de sus labios)
derechos de autor 2 fue hecho por una tipeja acomplejada, la gorda de primaria que apestaba a orines y a la que los niños molestaban o es que el autor se entallo en un disfras de piñata(el vestido de su madre para ocasiones especiales)se puso frente al espejo y se toqueteaba mientras se decia a si misma "soy especial soy una heroina de lo que callamos las mujeres"
Es por eso que no leo tan seguido los ultimos posts... Y menos despues de leer la intro de plaketa... que decia que me iba a quedar con ganas de mas
Chingao ya me quede como todos los que lo leyeron antes que yo... espere y espere.
Weymaster... no se vale... tienes que leer para comentar acerca del escrito...eso es trampa. =(
Deavid tu echale ganas...
Saludos y besos desde el otro lado del charco.
Me encanto la parte en que lo hace jurar por la virgen, chinga tu madre el autor, me defeque de risa por tu culpa
Drakengard...
wow!!!!!! dberias publicar un libro.
me encanto ya kiero leer el III esta con madres me encantas
Estimado Autor:
(le digo estimado pues, a pesar de no conocerlo, me ha resultado muy sencillo descubrirlo atraves de su historia ;))
Pero en serio, no solo me a gustado en exceso su relato, sino a su vez puedo apreciar que, atras de este humor con el que lleva su empendimiento, existe escondido algo mas allá del extraodinariamente narrado cuento en si.
Sin lugar a dudas, el Sr. Calleja tiene una muy buena corazonada (y más), las cuales, nos lo advierte sutil pero concisamente, a pesar de que quizas ni el mismo presupone realmente hasta donde "llegará" todo esto. (y quizas hasta Ud. mismo)
Sin embargo, muchos desde este lado, ya nos hemos embarcado en seguir esta extraña aventura casi como si de un encantamiento se tratase. (que en gran parte asi lo es)
Es por ello que, mas allá de las obvias felicitaciones que de por si se merece su obra, quiero hacerle llegar este encarecido pedido de que si es posible intente neutralizar determinado tipo de palabras y frases que son dificiles de comprender en otras partes de habla hispana, como por ejemplo:
"chingar" (que supongo significara mierda o algo así, y que al parecer es muy usado para muchas mas)
"emputar" (¿Enojarse?)
"mamar" (acá seria joder o pelotudez o idiotez creo, depende no?)
"Chale" (¿significa Bueno?)
"Chabon" (si aca tambien, o Flaco. lo que en españa chabal creo, pero no se si es neutro)
"Vale Verga!" (supongo que sera algo como "idiota")
"se hace pendejo" (se hace el tonto o boludo o idiota ¿?)
"¡Sácate a la chingada!" (esta si que no la entendi)
"mis huevos" (bueno, nosotros le decimos "las pelotas", eso se entiende creo)
"me cae que" (supongo que es "me parece que")
Mil disculpas por el pedido, pero en verdad a veces se complica entender algunas cosas que, no niego le dan tambien color a la historia, pero son muy personales de cada región.
Saludos cordiales, K.
Lo veo y no lo creo, un gachupin intentando cambiarle al Autor la forma tan "interesante" de expresarse, puaj, no mamen, que se saque a la chingada si no le entiende. Ese es tu pedo "KpaxiANO", y de nadie más.
Autor!!!
esta buenisima la historia!
ya a la III por favor
saludos.
Seguimos esperando la tercera parte. Muy buen relato Autor.
Y sin ánimos de ofender gachupines, ciertamente cada relato tiene su propia 'personalidad' por llamarle de alguna manera. No pueden pedir que modifique los "regionalismos" (de la region de Mexico ^o)) que emplea en la historia. Cuando uno no entiende lo que lee, por ser expresion o usanza del lugar de procedencia, pues a investigarlo, aprenderlo o lo que sea necesario.
No le quites ese color a tus escritos Autor.
saludos
Segun yo, no es "gachupin" es Argentino o de algun lugar de Sudamérica. Y bueno, sería cosa solo de explicarle cada término que pregunta y ya. Lo hace usted Autor o alguno de sus lectores nos damos a la tarea? Saludos!
Y es bueno saber que esta historia está llegando a todas partes.
Bueno, yo le explico, jejeje...a ver:
"chingar" (Joder, Fregar)
"emputar" (Enojarse, Cabrearse, Encabronarse)
"mamar" (Algo así como chingar, pero depende de como se utlice, puede ser chupar.)
"Chale" (Expresión que denota decepción)
"Chabon" (Esa si no se, la inventó el Autor.)
"Vale Verga!" (Vale madres, expresión de no importar, enojo de algo, algo que no tiene valor)
"se hace pendejo" (Así es: se hace el tonto o boludo o idiota)
"¡Sácate a la chingada!" (Fuera de aqui, la chingada es una expresión similar a "diablo" o "infierno" utilizada en ese sentido, ejem: Vete al Diablo)
"mis huevos" (Mis bolas, mis pelotas, mis tanates, mis testículos)
"me cae que" (Así es, "me parece que")
Espero haber podido ayudar, y creo que están bien explicados y estoy en lo correcto. Saludos.
esta con madre la historia, felicidades....
aunque me da la ligera impresion de que es algo parecido a Hitchhicker Guide to the Galaxy....pero no hay pedo....sigue chingona
Si Sr. Gil, tiene toda la razón, soy Argento (y también Sudaca) ;)
Muchisimas gracias por su comprensión y por las respectivas traducciones, me han sido de gran ayuda, pues ya con esta han sido mas de 3 las veces que he leido los dos capítulos, y no por no comprenderlos, sino justamente por lo contrario. (a pesar de estos pequeñisimos detalles por culpa de mi ignorancia, en esto le doy la razón a su vez a David)
Nuevamente muchas gracias por las molestias.
Ahora bien: Quisiera pedir disculpas (otra vez) pues en ningún momento este pedido fué con la intención de generar una polémica y mucho menos desmerecer o poner en tela de juicio (o lo que fuese) las culturas de cada región o pais o como quieran llamarlo. En todo caso, "¡VIVA MEXICO CABRONES!" ;)
Mi pedido en realidad no era un pedido sino una sujerencia con un simple objetivo, que fuese mas sencillo que una obra como esta llegase con las menores trabas posibles a otros lugares de habla hispana. Mi intención jamas ha sido ofender a nadie, ni cambiar su manera de pensar y/o expresarse.
Si, ya se, alguno va a saltar con que no son trabas o que soy un idiota o lo que fuese.(si, soy un idiota lo se y quizas mucho mas),.. los gatos siempre tienen una quinta pata, de la misma forma de la cual es imposible hacer algo bien sin hacerlo mal y viceversa. Yo no hice las reglas, quejense con quien las manofacturó ;)
Chido chingados canbrones, al que le caiga gordo mi opinión, me vale madre y que me la mame... ¿Sale? ;)
No, en serio, se agradese che!
Jajajajajajajaja!!! Sr. Kpaxiano: Excelente final!!! No es ninguna molestia, que bueno que le fué de gran ayuda y utilidad la "traducción" por así llamarle.
Y se ve que aprendió, bien por ese final! Jajajajaja...me sigo riendo!
Saludos!
la verdad es que me dio un chingo de hueva leerlo todo, pero con solo leer los primeros parrafos me doy cuenta que es lo mas gay que he leido en mi vida, es puro y autentico amor homo.
hace como 6 meses iba en el metro y vi a una de weyes besandose, pense que no habria nada mas maricon en este mundo, hasta que lei el blog del autor
como bien lo sospechaba el autor es un puton repirmido
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