Un metro de hombre.

Metatron's Lounge presenta:
Crítica Criticable


Perdí mi virilidad en este saco, ¿alguien la ha visto?

Puterías, ¡simples y mariconas puterías!, ¿qué dijeron?, ¿el Metatron ya me metió el trozón?, ni madres, mi culo, el culo de El Autor, amo de Ocio Crápula y Compañía, Lord de El Club de la Paja, es solamente salida, por aquí nada entra, ni los pinches supositorios, es más, sólo una vez me han metido mano en el orto y fue un proctólogo, y me cae que lo hizo so pena de muerte si por accidente, por pendejo o por caliente me dedeaba.

A lo que me refiero con puterías es a algo que he visto mucho por la calle últimamente, y son los famosos metrosexuales... según esto, los metrosexuales, son hombres heterosexuales que se le dan peculiar cuidado a su apariencia, curiosamente, toda su heterosexualidad se va al carajo con la andrógina imagen que suelen proyectar, en otras palabras, se ven tan putisisisérrimos que dan asco.

Pero esperen, antes de seguir con esta sarta de pendejadas, tomemos un segundo, nomás para demostrar que hicimos nuestra tarea y no andamos berreando nomás a lo idiota como suelen hacerlo otros tantos blogguers, no pongo nombres porque quiero que solitos lleguen a hacerla de a pedo (son tan predecibles).

"La palabra metrosexual fue una creación del inglés Mark Simpson, en 1994, según el inventor del término, el metrosexual es un joven con dinero suficiente para gastar, vive en metrópolis donde se concentran los mejores clubes, gimnasios, peluquerías y tiendas. Su sexualidad no es un requisito importante, más bien pasa a segundo término, ya que puede ser gay, hetero o bisexual; lo que ocupa el lugar primordial, viene siendo su propia persona, que se toma como objeto de amor y placer, le dedica tiempo a su figura, a su físico y apariencia."

La cosa está, literalmente pal’ chile, de entrada, la palabreja la creó un inglés, y todos sabemos que los ingleses son putísimos, basta con ver a Halford, a Elthon John y a David Bowie; pinches símbolos de la putería, en particular Elthon Jhon, lo cual nos lleva a mencionar el siguiente silogismo:

Elthon John es putísimo.
Elthon John en español sería algo así como Eulalio Juan.
Juan Pablo II era sacerdote católico, y éstos son famosos por coger entre ellos, por ende, era puto.
Juan Gabriel es ultra-puto.
Por lo tanto todas las personas “Algo Juan” o “Juan Algo” son putos (cuidado con tu novio Plaqueta).

Pero no nos desviemos de la desviación, como suele suceder, los términos tienden a degenerarse más de lo necesario, y hoy día, cualquier afeminado-hijo-de-vecino, se hace llamar metrosexual, ¡Bah!, en mi libro son putos, no hay más.

O a ver, usted, querido lector número dos, dígame si esto es masculinamente correcto.

Depilarse las piernas - es para putos.
Usar mascarillas - es para putos.
Pujar “mmm”, “uhhh”, “asssí, asssí” mientras haces pesas - es para putos.
Pasear a tu mascota por el parque - es para putos.
Mostrar los sentimientos en público - es para putos.
Bailar más cachondo que Britney Spears - es para putos.
Escribir o fowardear E-Mails con flores y pensamientos cursis - es para putos.
Depilarse las cejas - es para putos.
Mirarse en el espejo por más de diez minutos - es para putos.
Usar trajes y conjuntos de marca - es para putos.
Rasurarse las bolas al rais - es para putos.
Humectarse y, o perfumarse el cheto - es para putos.
Recomendar maquillaje o usarlo - es para putos.
Hacer yoga - es para putos.
Teñirse el cabello sin un América Chivas o Súper Tazón de por medio - es para putos.
Tener buenos modales - es para putos.
Comer ensaladitas y comida gurme’ - es para putos.
No encontrar diversión en los gases corporales - es para putos.
Hacer lagartijas como si te estuvieras cogiendo al suelo - es para putos.
Bañarse más de las veces necesarias (o sea una al día) - es para putos.
Recomendar lugares dónde comprar ropa que no sean La Lagunilla o Peri-algo - es para putos.

Yo me pregunto, ¿todo esto lo hace un metrosexual?, la respuesta es un total y absoluto “sí”, por lo tanto, no me cansaré de decir que los metrosexuales, son una bola de putos a los que no les gusta que les llamen por el término científica, literal y etimológicamente correcto, o sea, “PUTOS”.

Algo curioso que encontré mientras leía el artículo de 1994 de Mark Simpson, es que el tamaño de la masacuata, no tiene nada que ver con si se es metrosexual o no, entonces, eso también quiere decir que los metrosexuales, además de putos, tienen el pito chiquito.

Ahora, muchAs pendejAs dicen que un metrosexual es mejor que el clásico troglodita amante de las hamburguesas, del tocho y de una buena cogida, a según, porque los metrosexuales, sí se fijan en su apariencia física y en los sentimientos de su pareja.

Sí, claro, y mis huevos son del tamaño de un coco, si retomamos el concepto original de Mark Simpson, “un metrosexual toma su cuerpo como un objeto de amor y placer”, esto deja más claro que un pedo, que los metrosexuales son seres narcisistas y ególatras, que no dependen de una mujer y mucho menos de una familia.

Aquí entra mi confusión: las mujeres, por lo general, si no es que casi siempre, buscan el apoyo de alguien que las quiera, las ame y demás mamadas que uno tiende a decir en el inter entre el contacto ocular en el antro y el contacto copular en la cama, entonces dígame usted, mujer que se siente bien chingona o que piensa que un puto que se hace llamar metrosexual es mejor que un culero que lo admite, ¿Cree usted encontrar ese apoyo, ese cariño y ese amor en un ente cuya total atención está enfocada en sí mismo?

Nel, ni madres, esa es tu respuesta pinche vieja pendeja, nunca encontrarás ni una pizca de cariño en tu metrosexual, si acaso lo único que encontrarás es a un cabrón que no huela TAN mal mientras te ensarta la verga en un departamento más ordenado al que estás acostumbrada, y que al terminar la cogidota probablemente no fumen Alitas, sino crack, porque aquí entra el siguiente punto.

Un metrosexual, por lo general, es un hombre con lana, por lo menos las suficiente para seguir los ismos de moda, ya sea en arte, diseño, moda, decoración de interiores y estética, así como para gastar en productos de belleza caros y por supuesto, asistir a los lugares más en vox populi.

Esto garantiza algo, que el metrosexual, ad ovo, necesita tener un rango alto en una empresa exitosa, que le permita tener una vida llena de excesos, y por supuesto, de tiempo para admirarse a sí mismo, lo cual no es tan malo, pues eso quiere decir que el metrosexual a huevo tiene dinero y que por supuesto, anda con una putita de La Salle, la UIC o el Tec de Monterrey que sólo ve en su pareja la estabilidad económica que ella nunca podrá obetener por méritos propios, pues es sólo una pendeja.

Pero un momento querido El Autor, está usted atacando mucho a las mujeres, ¿acaso es usted metrosexual? -no, ni Dios lo mande-. Porque un puto metrosexual, es más misógino que el culero chelero promedio, más que nada por lo que mencioné antes, o sea, por su egocentrismo y narcisismo, por otra parte, un metrosexual no necesariamente le gusta la papaya en su ensalada, también puede ser fan del pepino, el kiwi y los melones de meseros que perdieron la sandía; en otras palabras, un metrosexual no es fanático de la vagina, pues también puede disfrutar de una buena penetración anal con otro puto.

Admito que soy un vulgar de mierda, que mis escritos están llenos de sarcasmo y mal gusto, pero sinceramente me siento bien siendo así, lo acepto y a veces hasta me enorgullezco, porque sé que con este montón de pendejadas hago reír a uno que otro crapuloso.

Esto lo menciono porque un metrosexual dice ser algo, pero rara vez lo cumple, por lo general lastiman a su pareja (sea macho o hembra), y sólo obtienen un beneficio propio, algo que un ocioso crapuloso no hace, por lo menos no uno que procura mejorar cada día, aunque sea un poquito.

Para concluir: Tenga usted cuidado con los tan mentados metrosexuales, lo más probable es que sólo sea un pinche putito de closet que quiere robarse a nuestras mujeres.

-El Autor.

PD: Si no te late lo que leíste, deja un recadito mijo, aunque rara vez contesto, los leo todos y me burlo junto con mis crapulosos amigos de la sarta de pendejadas que tiendes a escribir, sí, tú, putito que se sintió insultado. Ahora que si te gustó, también deja un recado y no seas puto.