Sin embargo, a usted que es un Querido Tercer Lector que lleva rato visitándonos le puede constar que rara, pero muy rara vez usamos este medio para darle llenadero a la falta creativa de El Autor.
Pero ¡caray! Hay veces en las que es necesario compartir y ¿por qué no? Difundir piezas del séptimo arte en su modalidad casera al estilo ¡Ay Caramba!
Todos recordamos la caída al río de aguas puercas de este chanchito. El video le ganó a Edgar fama y creo que fortuna (a razón de un comercial de galletas). Y sí, con el corazón en la mano, del modo más respetuoso y sincero podemos afirmar que es bien cotorro ver la desgracia de un niño obeso ¿a poco no?
Pero ¿qué pasa cuando el que cae ya es famoso? ¿Deja de ser divertido? ¡Ni madres!
La diferencia entre estos dos personajes es que, mientras uno hace berrinche por el sapotazo, el otro mantiene el cool y el misticismo sin importar el daño en su ego, su cuello y su quijada.
-El Autor.
PD: Vea la versión extendida y no se ría, no sea culero.
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